31 Dec 2009

2008/2009/2010 Recuento

"Lamentablemente, para algunos,
los mismos vicios,
exactamente los mimos vicios
hacen que las mismas experiencias se repitan,
porque las cosas no son distintas,
porque las cosas tampoco van mejorando,
porque la historia es una diagonal hacia abajo
donde no hay posibilidad de relatividades de perspectiva:
Todos caemos al agujero de la muerte."

Dividiría el año en tres
en cuatro o en ocho,
le sumaría uno
y lo multiplico por dos.
No me gustan las restas,
pero a ti si que te restaría
del 2009, 2008, 2007, 2006...

Al principio había un color borroso
se paseaba intranquilo
habitaba los silencios
planteaba preguntas y se marchaba
las dejaba ahí,
en el aire
flotando hasta que se fueran a otra parte
o se quedaran ahí,
flotando por siempre.
Era simpático el color aquél
pero las cosas de la vida
hicieron que se fuera a la escala de grises.

Después vino el invierno
la lluvia
los días fríos
las nubes;
no hubo tormenta
hubo sol
días sorpresivamente soleados
-amo el sol del invierno,
la luz nítida del sol de invierno.

Despues una progresiba ola de calor
aplacó el deceo,
confundió las ganas,
derritió la ilución...

Y un punto de lucidez
en donde se sofoca el momento
y se escribe un recuento.

PS. La lucidez tal es relativa y se duda de su veracidad, se duda incluso de su existencia, pero se prefiere sugerir que existió.

30 Dec 2009

Matias...

Entra Matías a la casa...
Saluda a la madre y sale de la habitación.

- Oye Matías! Saludaste a la bea!?
- Hm.. No, por qué? está de santo?
- No, es una persona, y está ahí, salúdala.

:)

Lo bonito de la vida
es que siempre da la oportunidad
de seguir cagándola
ahí mismo donde uno pensaba que ya nada... NADA!!

29 Dec 2009

El secreto de sus ojos

"No piense más, no piense más; qué importa... mi mujer está muerta, su amigo está muerto, Gómez también está muerto, están todos muertos... no le dé más vueltas; va a empezar con que si hubiera estado, si no hubiera estado... va a tener mil pasados y ningún futuro. No piense más, hágame caso, se va a quedar sólo con recuerdos."

Y al final, qué hay sino recuerdos... recuerdos...

Drama.

Nunca -hasta hoy- había pensado que en el caso hipotético de poder al fin estar contigo, ocurriera tal que desaparecieras para siempre... que murieras ahí, en frente mío, con un te quiero atorado en tu garganta.

- - - - -

Me molesta la agresividad,
especialmente la de los humanos,
particularmente la mía.

28 Dec 2009

mmm histórico....
mmm.... no sé ah...
yo creo que no...
tengo mis reparos con la historia cuando no soy yo el que la escribe.

26 Dec 2009

Ironía.

Revisaba mis escritos. Son muchas carpetas llenas de archivos. Son muchos archivos esparcidos que a veces se repiten. Encontré una carpeta a la que puse de nombre “useful”. Cuando la abrí, me encontré con la irónica respuesta de Windows: “Esta carpeta está vacía.”

Fuera de contexto

No me siento parte,
ahí radica la diferencia,
esa distancia que existe.

=)

Después que todo había pasado
Se me ocurrió que ya no quería estar contigo.
No era tarde, era estúpido.

A comer.

Vamos a comer, yo te invito.
Comamos días y semanas como quien come pan todas las mañanas.
Comamos mierda, hermano, como si fueran los empobrecidos tirados en los bordes de nuestro campo visual.
Comamos pasto como herbívoros bajo la amenaza latente del monstruo que se esconde tras los matorrales
Comamos sueños e ilusiones de otros, devorémoslas como quien respira en cada segundo hasta perecer en un instante.
Comamos las palabras amables, la gentileza y la amabilidad; el odio, tus insultos y miradas de desprecio. También los silencios.

Comamos todo lo que queramos, porque tarde o temprano lo vamos a vomitar.
Imposible no intoxicarse con tanta basura rondando por el aire,
imposible no hacer arcadas ante lo podrido del ambiente,
imposible no devolver toda la ranciedad que hemos tragado,
toda la mierda que nos han metido adentro.

Capítulo 836.

Toda la noche me acompañó la aflicción,
Me acariciaba el cabello con sus manos frías,
Me metía los dedos en la oreja y me restregaba los ojos
Con inusitada fuerza.

Toda la noche se quedó a mi lado,
Me miraba de cerca, me vigilaba
Con la mirada fría y todo el cuerpo petrificado,
Como una ruina que mira el apacible paso del tiempo.

La cercanía comenzó a hacerme transpirar,
Su respiración se hizo insostenible.
Quería gritar en medio de la noche,
Reventar el silencio.

La noche pasaba en vano,
La tristeza se acurrucaba entre mis tejidos neuronales
Y toda actividad sináptica era atravesada por la congoja,
Todos y cada uno de los pensamientos
Nacían bañados en lágrimas y dolor.

La noche terminaba y las primeras luces
Volvían el cielo un poco más claro,
El amanecer se levantaba leve
Y la bruma se llevaba mi desvelo.

Reventar el silencio.

... me gustas.

25 Dec 2009

Ask me anything...

...I've got nothing to say.

Navidad

Feliz navidad, se dijo con sarcasmo.
Nadie pudo escucharlo, porque no lo dijo;
pero cualquiera podría haber entendido a qué se refería.

- - - - -

Aunque mi vida está llena de proyectos, de ganas, de cosas que me gustan, que me encantan... sigo vacío y nada me llena. Ni si quiera la nostalgia, la melancolía ni la angustia... absolutamente nada.

24 Dec 2009

Momento musical - El oficio de ser mamá.

La vi jugando frente a mí con su vestido a cuadrillé
cuando dejó caer de golpe su pañal sobre mis pies.
La plastimasa de regalo, y una Manón en cada mano
Así fue como yo me declaré:
"Hola, (...), ¿cómo estás? Llegó el momento de hablar,
dejá de comerte los mocos, y escuchame de verdad;
aunque yo estoy en pre-escolar y vos estés en el jardín
hay algo que yo te quiero decir:
Quiero tenerte junto a mí y desnudarnos a escondidas,
cuando la "seño" no nos vea te haré el amor en el arenero del Jardín.
Te besaré como nadie te ha besado hasta aquí.

Vamos a hablar con mis papás, vamos a hablar con tus papás,
ellos nos tienen que apoyar si nos queremos casar.
Y si nos dicen que no, total yo sé manejar,
en mi triciclo veloz ambos podremos escapar".

Pero el problema comenzó después de la "prueba de amor",
a cada rato vomitaba y con frecuencia se mareaba.
Su cuerpo comenzó a cambiar y en unos meses engordó
y pensamos que era exceso de Manón.
Y una mañana en el Jardín ella gritaba de dolor.
Mientras la seño la atendía yo caminaba por el hall
fumando inquieto sin saber qué pasaría en salón.
De golpe escucho llantos y la puerta que se abrió.
"¡Es un varón! ¡Te felicito, Juan Manuel!"
Me saludaban las maestras y yo que nada lo podía entender.
Cuando recordé esa mañana en que en la arena la amé.

Vamos a hablar con mis papás, vamos a hablar con tus papás,
ellos nos tienen que apoyar si nos queremos casar.
Y si nos dicen que no, total yo sé manejar,
en mi triciclo veloz ambos podremos escapar.

Vamos los tres a otro lugar para volver a empezar,
rendiré libre pre-escolar y me pondré a trabajar.
Vos cuidarás del bebé, le cambiarás el pañal
y le darás de mamar y, poco a poco, aprenderás
el oficio de ser mamá...

22 Dec 2009

No entiendo.

Primer episodio:
p o r q u é .


"Tomás, por qué tan pegado con la violencia?
Porque no la entiendo."

Maravillado de mi respuesta, en mi mente hice una extensión de mi argumento hacia otro tipo de fenómenos de la vida (a)social.

Pregunté:
Tomás, porque tan pegado con las mujeres en general?
porque no las entiendo.
Pero porqué con ella en particular?
porque particularmente a ella es a quien menos entiendo.



Segundo episodio:
noentiendo.


Y has conseguido entenderla?
Un poco.

La extrapolación del argumento siguiendo la lógica previa es previsible.

Pregunté:

Y has conseguido entenderlas?
Si, creo que bastante.
Y a ella?
Absolutamente nada.


Tercer episodio:
dal omi smo.


De todas formas no pretendo entender la violencia, no es mi meta en la vida. Me entretiene, y cuando deje de entretenerme probablemente haga otra cosa.

Y respecto a ti, hace tiempo ya que...

20 Dec 2009

- - - - -

Yo sabía tu respuesta:
Ese largo silencio que lo dice todo,
Todo eso que no quería escuchar.

Leucopenia.

Buenos días
enfermedad de todos los días.
Sé que algún día
ya no podré decir lo mismo
de ti, soledad.

Me confundes.

Si quieres puedes jugar a que me miras desde lejos...
también puedes jugar a tocar mi cuerpo con tus manos...
Pero no juegues a ambas cosas a la vez, que me confundes.

Palabras.

Las palabras que ocupan espacio
en nuestro vocabulario
son las primeras en sucumbir
ante el tiempo.

Arbeiten Macht Frei

Si lo repito seiscientas veces quizás me lo crea...
quizás si lo veo todas las mañanas al despertar,
quizás si me robo el letrero... Bulshit!

Lo pianto stesso lì pianger non lascia,
e 'l duol che truova in sugli occhi rintoppo,
si volge in entro a far crescer l'ambascia
.

16 Dec 2009

A mi hija...

Y poco a poco aprenderás
que la vida no es tan hostil como yo digo,
que los humanos no son tan torpes como pienso
que las personas no son tan buenas como imagino
que la vida no es tan feliz como aparento
que las cosas no son siempre como quisiéramos...

VII - Ser inaccesible

Explicó, y luego corroboró, varias tácticas de cacería basadas en lo que llamaba "los caprichos de las perdices". A tal grado me abstraje en sus explicaciones que todo un día transcurrió sin que yo notara el paso del tiempo. Incluso se me olvidó almorzar. Don Juan hizo notar, bromeando, que perder una comida era en mí algo insólito.
Al finalizar el día habíamos capturado cinco perdices en una trampa muy ingeniosa que él me enseñó a armar e instalar.
-Con dos nos alcanza -dijo, y soltó tres.
Luego me enseñó a asar perdices. Yo habría querido cortar unos arbustos y hacer una fosa para barbacoa como mi abuelo solía hacerla, forrada de ramas verdes y sellada con tierra, pero don Juan dijo que no había necesidad de dañar los arbustos, pues ya habíamos dañado a las perdices.
Cuando terminamos de comer, caminamos sin prisa alguna hacia un área rocosa. Tomamos asiento en una ladera de piedra arenisca y dije, en tono de chiste, que si él hubiera dejado el asunto en mis manos, yo habría cocinado a las cinco perdices, y que mi barbacoa hubiera sabido mucho mejor que su asado.
-Sin duda -dijo-. Pero si haces todo eso, tal vez nunca saldríamos enteros de este sitio.
-¿Qué quiere usted decir? -pregunté-. ¿Qué nos lo impediría?
-Los matorrales, las perdices, todo lo de aquí se juntaría.
-Nunca sé cuándo habla usted en serio -dije.
Hizo un gesto de impaciencia fingida y chasqueó los labios.
-Tienes una idea rara de lo que significa hablar en serio -dijo-. Yo río mucho porque me gusta reír, pero todo lo que digo es totalmente en serio, aunque no lo entiendas.

(…)

-El arte de un cazador es volverse inaccesible -dijo-. En el caso de esa güera, quería decir que tenías que volverte cazador y verla lo menos posible. No como hiciste. Te quedaste con ella día tras día, hasta no dejar otro sentimiento que el fastidio. ¿Verdad?
No respondí. Sentí que no era necesario. Don Juan tenía razón.
Ser inaccesible significa tocar lo menos posible el mundo que te rodea. No comes cinco perdices; comes una. No dañas las plantas sólo por hacer una fosa para barbacoa. No te expones al poder del viento a menos que sea obligatorio. No usas ni exprimes a la gente hasta dejarla en nada, y menos a la gente que amas.
Jamás he usado a nadie -dije sinceramente.
Pero don Juan mantuvo que sí, y quizá por eso pude declarar sin tapujos que la gente me cansaba y me aburría.
-Ponerse fuera del alcance significa que evitas, a propósito, agotarte a ti mismo y a los otros. -prosiguió él-. Significa que no estás hambriento y desesperado, como el pobre hijo de puta que siente que no volverá a comer y devora toda la comida que puede, ¡todas las cinco perdices!
Definitivamente, don Juan golpeaba debajo del cinturón. Reí y eso pareció complacerlo. Tocó levemente mi espalda.
-Un cazador sabe que atraerá caza a sus trampas una y otra vez, así que no se preocupa. Preocuparse es ponerse al alcance, sin quererlo. Y una vez que te preocupas, te agarras a cualquier cosa por desesperación; y una vez que te aferras, forzosamente te agotas o agotas a la cosa o la persona de la que estás agarrado.
Le dije que en mi vida cotidiana la inaccesibilidad era inconcebible. Me refería a que, para funcionar, yo tenía que estar al alcance de todo el que tuviera algo que ver conmigo.
-Ya te dije que ser inaccesible no significa esconderse ni andar con secretos -dijo él calmadamente-. Tampoco significa que no puedas tratar con la gente.
Un cazador usa su mundo lo menos posible y con ternura, sin importar que el mundo sean cosas o plantas, o animales, o personas o poder. Un cazador tiene trato íntimo con su mundo, y sin embargo es inaccesible para ese mismo mundo.
-Eso es una contradicción -dije-. No puede ser inaccesible si está allí en su mundo, hora tras hora, día tras día.
-No entendiste -dijo don Juan con paciencia-. Es inaccesible porque no exprime ni deforma su mundo. Lo toca levemente, se queda cuanto necesita quedarse, y luego se aleja raudo, casi sin dejar señal alguna.

V - Hacerse Responsable

-Cuando un hombre decide hacer algo, debe ir hasta el fin -dijo-, pero debe aceptar responsabilidad por lo que hace. Haga lo que haga, primero debe saber por qué lo hace, y luego seguir adelante con sus acciones sin tener dudas ni remordimientos acerca de ellas.
Me examinó. No supe qué decir. Finalmente aventuré una opinión, casi una protesta.
-¡Eso es una imposibilidad! -dije.
Me preguntó por qué y dije que acaso, idealmente, eso era lo que todos pensaban que debían hacer. En la práctica, sin embargo, no había manera de evitar la duda y el remordimiento.
Claro que hay manera -repuso con convicción.
-Mírame a mí -dijo-. Yo no tengo duda ni remordimiento. Todo cuanto hago es mi decisión y mi responsabilidad. La cosa más simple que haga, llevarte a caminar en el desierto, por ejemplo, puede muy bien significar mi muerte. La muerte me acecha. Por eso, no tengo lugar para dudas ni remordimientos. Si tengo que morir como resultado de sacarte a caminar, entonces debo morir.
"Tú, en cambio, te sientes inmortal, y las decisiones de un inmortal pueden cancelarse o lamentarse o dudarse. En un mundo donde la muerte es el cazador, no hay tiempo para lamentos ni dudas, amigo mío. Sólo hay tiempo para decisiones."
-Argumenté, de buena fe, que en mi opinión ése era un mundo irreal, pues se construía arbitrariamente, tomando una forma idealizada de conducta y diciendo que ésa era la manera de proceder.
Le narré la historia de mi padre, que solía lanzarme interminables sermones sobre las maravillas de mente sana en cuerpo sano, y cómo los jóvenes debían templar sus cuerpos con penalidades y con hazañas de competencia atlética. Era un hombre joven: cuando yo tenía ocho años él andaba apenas en los veintisiete. Por regla general, durante el verano, llegaba de la ciudad, donde daba clases en una escuela, a pasar por lo menos un mes conmigo en la granja de mis abuelos, donde yo vivía. Era para mí un mes infernal. Conté a don Juan un ejemplo de la conducta de mi padre, el cual me pareció aplicable a la situación inmediata.
Casi inmediatamente después de llegar a la granja, mi padre insistía en dar un largo paseo conmigo, para que pudiéramos hablar, y mientras hablábamos hacía planes para que fuésemos a nadar todos los días a las seis de la mañana. En la noche, ponía el despertador a las cinco y medía para tener tiempo suficiente, pues a las seis en punto debíamos estar en el agua. Y cuando el reloj sonaba en la mañana, él saltaba del lecho, se ponía los anteojos, iba a la ventana y se asomaba.
Yo incluso había memorizado el monólogo subsiguiente.
-Hum... Un poco nublado hoy. Mira, voy a acostarme otros cinco minutos, ¿eh? ¡No más de cinco! Sólo voy a estirar los músculos y a despertar del todo.
Invariablemente se quedaba dormido hasta las diez, a veces hasta mediodía.
Dije a don Juan que lo que me molestaba era su negación a abandonar sus resoluciones obviamente falsas. Repetía este ritual cada mañana, hasta que yo finalmente hería sus sentimientos rehusándome a poner el despertador.
-No eran resoluciones falsas -dijo don Juan, evidentemente tomando partido por mi padre-. Nada más no sabía cómo levantarse de la cama, eso era todo.
-En cualquier caso -dije-, siempre recelo de las resoluciones irreales.
-¿Cuál sería entonces una resolución real? -preguntó don Juan con leve sonrisa.
-Si mi padre se hubiera dicho que no podía ir a nadar a las seis de la mañana, sino tal vez a las tres de la tarde.
-Tus resoluciones dañan el espíritu -dijo don Juan con aire de gran seriedad.
Me pareció incluso percibir, en su tono, una nota de tristeza. Estuvimos callados largo tiempo. Mi inquina se había desvanecido. Pensé en mi padre.
-No quería nadar a las tres de la tarde. ¿No ves? -dijo don Juan.
Sus palabras me hicieron saltar.
Le dije que mi padre era débil, y lo mismo su mundo de actos ideales jamás ejecutados. Hablé casi a gritos.
Don Juan no dijo una sola palabra. Sacudió la cabeza lentamente, en forma rítmica. Me sentí terriblemente triste. El pensar en mi padre siempre me afligía.
-Piensas que tú eras más fuerte, ¿verdad? -preguntó él en tono casual.
Le dije que sí, y empecé a narrarle toda la turbulencia emotiva que mi padre me hizo atravesar, pero él me interrumpió.
¿Era malo contigo? -preguntó.
-No.
-¿Era mezquino -contigo?
-No.
-¿Hacía por ti todo lo que podía?
-Si.
-¿Entonces qué tenía de malo?
De nuevo empecé a gritar que era débil, pero me contuve y bajé la voz. Me sentía un poco ridículo ante el interrogatorio de don Juan.
-¿Para qué hace usted todo esto? -dije-. Se supone que deberíamos estar hablando de plantas.
Me sentía más molesto y deprimido que nunca. Le dije que él no tenía motivo alguno, ni la más mínima capacidad, para juzgar mi conducta, y estalló en una carcajada.
-Cuando te enojas siempre te crees en lo justo, ¿verdad? -dijo, y parpadeó como ave.
Estaba en lo cierto. Yo tenía la tendencia a sentirme justificado por mi enojo.
-No hablemos de mi padre -dije-, fingiendo buen humor-. Hablemos de plantas.
-No, hablemos de tu padre -insistió él-. Ése es el sitio donde hay que comenzar hoy. Si piensas que eras mucho más fuerte que él, ¿por qué no ibas a nadar a las seis de la mañana en lugar suyo?
Le dije que no podía creer que me estuviera preguntando eso en serio. Siempre había pensado que nadar a las seis de la mañana era asunto de mi padre, no mío.
-También era asunto tuyo desde el momento en que aceptaste su idea -dijo don Juan con brusquedad.
Repuse que nunca la había aceptado, que siempre había sabido que mi padre no era veraz consigo mismo. Don Juan me preguntó, como si tal cosa, por qué no había yo expresado entonces mis opiniones.
-Uno no le dice esas cosas a su padre -dije, en débil explicación.
-¿Por qué no?
-Eso no se hacía en mi casa, es todo.
-Tú has hecho cosas peores en tu casa -declaró como un juez desde el tribunal-. Lo único que nunca hiciste fue lustrar tu espíritu.
Sus palabras, llenas de fuerza devastadora, resonaron en mi mente. Derribó todas mis defensas. No podía yo discutir con él. Tomé refugio en la escritura de mis notas.
Intenté una última explicación desvalida y dije que toda mi vida había encontrado gente como mi padre, que al igual que él me habían metido de algún modo en sus maquinaciones, y por lo general me dejaron colgado.
-Lamentos -dijo él con suavidad-. Te has lamentado toda tu vida porque nunca te haces responsable de tus decisiones, si te hubieras hecho responsable de la idea que tu padre tenía que nadar a las seis de la mañana, habrías nadado tú solo en caso necesario, o lo hubieras mandado a callar la primera vez que abrió la boca cuando ya conocías sus mañas. Pero no dijiste nada. Por tanto, eras tan débil como tu padre.
"Hacernos responsables de nuestras decisiones significa estar dispuestos a morir por ellas."

IV - La muerte como concejera.

¿Cómo puede uno darse tanta importancia sabiendo que la muerte nos está acechando? -preguntó.
Sentí que mi respuesta no era en realidad necesaria. De cualquier modo, no habría podido decir nada. Un nuevo estado de ánimo se había posesionado de mí.
-Cuando estés impaciente -prosiguió-, lo que debes hacer es voltear a la izquierda y pedir consejo a tu muerte. Una inmensa cantidad de mezquindad se pierde con sólo que tu muerte te haga un gesto, o alcances a echarle un vistazo, o nada más con que tengas la sensación de que tu compañera está allí vigilándote.
Volvió a inclinarse y me susurró al oído que, si volteaba de golpe hacia la izquierda, al ver su señal, podría ver nuevamente a mi muerte en el peñasco.
Sus ojos me hicieron una seña casi imperceptible, pero no me atreví a mirar.
Le dije que le creía y que no era necesario llevar más lejos el asunto, porque me hallaba aterrado. Él soltó una de sus rugientes carcajadas.
Respondió que el asunto de nuestra muerte nunca se llevaba lo bastante lejos. Y yo argumenté que para mí no tendría sentido seguir pensando en mi muerte, ya que eso sólo produciría desazón y miedo.
-¡Eso es pura idiotez! -exclamó-. La muerte es la única consejera sabia que tenemos. Cada vez que sientas, como siempre lo haces, que todo te está saliendo mal y que estás a punto de ser aniquilado, vuélvete hacia tu muerte y pregúntale si es cierto. Tu muerte te dirá que te equivocas; que nada importa en realidad más que su toque. Tu muerte te dirá: “Todavía no te he tocado.”
-Meneó la cabeza y pareció aguardar mi respuesta. Yo no tenía ninguna. Mis pensamientos corrían desenfrenados. Don Juan había asestado un tremendo golpe a mi egoísmo. La mezquindad de molestarme con él era monstruosa a la luz de mi muerte.
Tuve el sentimiento de que se hallaba plenamente consciente de mi cambio de humor. Había vuelto las tablas a su favor. Sonrió y empezó a tararear una canción ranchera.
-Sí -dijo con suavidad, tras una larga pausa-. Uno de los dos aquí tiene que cambiar, y aprisa. Uno de nosotros tiene que aprender de nuevo que la muerte es el cazador, y que siempre está a la izquierda. Uno de nosotros tiene que pedir consejo a la muerte y dejar la pinche mezquindad de los hombres que viven sus vidas como si la muerte nunca los fuera a tocar.

III - perder la importancia

Él río a carcajadas, como si yo fuese un payaso que actuaba para él. Mi molestia e irritación crecieron proporcionalmente.
-Eres muy violento -comentó despreocupado-. Te tomas demasiado en serio.
-¿Pero no estaba usted haciendo lo mismo? -interpuse-. ¿Tomándose en serio cuando se enojó conmigo?
Dijo que enojarse conmigo era lo que más lejos estaba de su pensamiento. Me miró con ojos penetrantes.
-Lo que viste no era un acuerdo del mundo -dijo-. Los cuervos que vuelan o graznan no son nunca un acuerdo. ¡Eso fue una señal!
-¿Una señal de qué?
-Una indicación muy importante acerca de ti -repuso crípticamente.
En ese mismo instante, el viento arrastró hasta nuestros pies la rama seca de un arbusto.
-¡Eso fue un acuerdo! -exclamó él, y mirándome con ojos relucientes estalló en una carcajada.

(…)

Mi molestia creció, hasta que incluso el tomar notas me costaba un esfuerzo supremo.
-Te tomas demasiado en serio -dijo, despacio-. Te das demasiada importancia. ¡Eso hay que cambiarlo!. Te sientes de lo más importante, y eso te da pretexto para molestarte con todo. Eres tan importante que puedes marcharte así nomás si las cosas no salen a tu modo. Sin duda piensas que con eso demuestras tener carácter. ¡Eres débil y arrogante!
Traté de formular una protesta, pero él no quitó el dedo del renglón. Señaló que, en el curso de mi vida, yo jamás había podido terminar nada, a causa de ese sentido de importancia desmedida que yo mismo me atribuía.
La certeza con que hizo sus aseveraciones me desconcertó por completo. Eran verdad, desde luego, y eso me hacía sentirme no sólo enojado, sino también bajo amenaza.
-La arrogancia es otra cosa que hay que dejar, lo mismo que la historia personal -dijo en tono dramático.

(…)

Se arrodilló frente a una planta pequeña y durante unos minutos movió y contorsionó el cuerpo, hablando y riendo.
Pensé que se había salido de sus cabales.
-Esta plantita me dijo que te dijera que es buena para comer -dijo al ponerse en pie-. Me dijo que un manojo de estas plantitas mantiene sano a un hombre. También dijo que hay un buen montón creciendo por allá.
Don Juan señaló un área sobre una ladera, a unos doscientos metros de distancia.
-Vamos a ver -dijo.
Reí de su actuación. Estaba seguro de que hallaríamos las plantas, pues él era un experto en el terreno y sabía dónde hallar las plantas comestibles y medicinales.
Mientras íbamos hacia la zona en cuestión, me dijo como al acaso que debía fijarme en la planta, por que era alimento y también medicina.
Le pregunté, medio en broma, si la planta acababa de decirle eso. Se detuvo y me examinó con aire incrédulo. Meneó la cabeza de lado a lado.
-¡Ah! -exclamó, riendo-. Te pasas de listo y resultas más tonto de lo que yo creía. ¿Cómo puede la plantita decirme ahora lo que he sabido toda mi vida?
Procedió a explicar que conocía desde antes las diversas propiedades de esa planta específica, y que la planta sólo le había dicho que un buen montón de ellas crecía en el área recién indicada por él, y que a ella no le molestaba que don Juan me lo dijera.
Al llegar a la ladera encontré todo un racimo de las mismas plantas. Quise reír, pero don Juan no me dio tiempo. Quería que yo diese las gracias al montón de plantas. Sentí una timidez torturante y no pude decidirme a hacerlo.
Él sonrió con benevolencia e hizo otra de sus aseveraciones crípticas. La repitió tres o cuatro veces, como para darme tiempo de descifrar su sentido.
-El mundo que nos rodea es un misterio -dijo-. Y los hombres no son mejores que ninguna otra cosa. Si una plantita es generosa con nosotros, debemos darle las gracias, o quizá no nos deje ir.
La forma en que me miró al decir eso me produjo un escalofrío. Apresuradamente me incliné sobre las plantas y dije: "Gracias" en voz alta.

II - Borrar la historia personal.

Empecé con las cartas de parentesco.
-¿Cómo llamaba usted a su padre? -pregunté.
-Lo llamaba papá -dijo él con rostro muy serio.
Me sentí algo molesto, pero procedí sobre la suposición de que no había comprendido.
Le mostré la carta y expliqué: un espacio era para el padre y otro para la madre. Di como ejemplo las distintas palabras usadas para padre y madre en inglés y en español.
Pensé que tal vez habría debido empezar por la madre.
-¿Cómo llamaba usted a su madre? -pregunté.
-La llamaba mamá -repuso con tono ingenuo.
-Quiero decir, ¿qué otras palabras usaba usted para llamar a su padre y a su madre? ¿Cómo los llamaba usted? -dije, tratando de ser paciente y cortés.
Se rascó la cabeza y me miró con una expresión estúpida.
-¡Caray! -dijo-. Me la pusiste difícil. Déjame pensar.
Tras un momento de titubeo, pareció recordar algo, y yo me dispuse a escribir.
-Bueno -dijo, como inmerso en serios pensamientos-, ¿de qué otra forma los llamaba? ¡oye, oye, papá! ¡Oye, oye, mamá!
Reí contra mi voluntad. Su expresión era verdaderamente cómica y en ese momento no supe si era un viejo absurdo que me jugaba bromas, o si en verdad era un simplón. Usando cuanta paciencia había en mi, le expliqué que éstas eran preguntas muy serias, y que para mi trabajo tenía gran importancia llenar los formularios. Traté de hacerle comprender la idea de una genealogía e historia personal.
-¿Cuáles eran los nombres de su padre y su madre? -pregunté.
Él me miró con ojos claros y amables.
-No pierdas tu tiempo con esa mierda -dijo suavemente, pero con fuerza insospechada.
No supe qué decir; parecía que alguien más hubiese pronunciado esas palabras. Un momento antes, don Juan había sido un indio estúpido y destanteado rascándose la cabeza, y de buenas a primeras había cambiado los papeles. Yo era el estúpido, y él me contemplaba con una mirada indescriptible que no era de arrogancia, ni de desafío, ni de odio, ni de desprecio. Sus ojos eran claros y bondadosos y penetrantes.
-No tengo ninguna historia personal -dijo tras una larga pausa-. Un día descubrí que la historia personal ya no me era necesaria y la dejé, igual que la bebida.
Yo no acababa de entender el sentido de sus palabras. Le recordé que él mismo me había asegurado que estaba bien hacerle preguntas. Reiteró que eso no lo molestaba en absoluto.
-Ya no tengo historia personal -dijo, y me miró con agudeza-. La dejé un día, cuando sentí que ya no era necesaria.
Me le quedé viendo, tratando de detectar los significados ocultos de sus palabras.
-¿Cómo puede uno dejar su historia personal? -pregunté en tono de discusión.
-Primero hay que tener el deseo de dejarla -dijo-. Y luego tiene uno que cortársela armoniosamente, poco a poco.
-¿Por qué iba uno a tener tal deseo? -exclamé.
Yo tenía un apego terriblemente fuerte a mi historia personal. Mis raíces familiares eran hondas. Sentía, con toda honradez, que sin ellas mi vida no tendría continuidad ni propósito.
-Quizá debería usted decirme a qué se refiere con lo de dejar la historia personal -dije.
-A acabar con ella, a eso me refiero -respondió cortante.
Insistí en que sin duda yo no entendía el planteamiento.
-Usted, por ejemplo -dije-. Usted es un yaqui. No puede cambiar eso.
-¿Lo soy? -preguntó sonriendo-. ¿Cómo lo sabes?
-¡Cierto! -dije-. No puedo saberlo con certeza, en este punto, pero usted lo sabe y eso es lo que cuenta. Eso es lo que hace que sea historia personal.
Sentí haber remachado un clavo bien puesto.
-El hecho de que yo sepa si soy yaqui o no, no hace que eso sea historia personal -replicó él-. Sólo se vuelve historia personal cuando alguien más lo sabe. Y te aseguro que nadie lo sabrá nunca de cierto.
Yo había anotado torpemente sus palabras. Dejé de escribir y lo miré. No podía hallarle el modo. Repasé mentalmente las impresiones que de él tenía: la forma misteriosa e insólita en que me miró durante nuestro primer encuentro, el encanto con que había afirmado recibir corroboraciones de todo cuanto lo rodeaba, su molesto humorismo y su viveza, su expresión de auténtica estupidez cuando le pregunté por su padre y su madre, y luego la insospechada fuerza de sus aseveraciones, que me había partido en dos.
-No sabes quién soy, ¿verdad? -dijo como si leyera mis pensamientos-. jamás sabrás quién soy ni qué soy, porque no tengo historia personal.
Me preguntó si tenía padre. Le dije que sí. Afirmó que mi padre era un ejemplo de lo que él tenía en mente. Me instó a recordar lo que mi padre pensaba de mí.
-Tu padre conoce todo lo tuyo -dijo-. Así pues, te tiene resuelto por completo. Sabe quién eres y qué haces, y no hay poder sobre la tierra que lo haga cambiar de parecer acerca de ti.
Don Juan dijo que todos cuantos me conocían tenían una idea sobre mí, y que yo alimentaba esa idea con todo cuanto hacía.
-¿No ves? -preguntó con dramatismo-. Debes renovar tu historia personal contando a tus padres, o a tus parientes y tus amigos todo cuanto haces. En cambio, si no tienes historia personal, no se necesitan explicaciones; nadie se enoja ni se desilusiona con tus actos. Y sobre todo, nadie te amarra con sus pensamientos.

(...)

-Pero usted mismo sabe quién es, ¿no? -intercalé.
-Por supuesto que... no -exclamó y rodó por el suelo, riendo de mi expresión sorprendida.
Había hecho una pausa lo bastante larga para hacerme creer que iba a decir que sí sabía, como yo anticipaba. El subterfugio me resultó muy amenazante. En verdad me dio miedo.
-Ése es el secretito que voy a darte hoy -dijo en voz baja-. Nadie conoce mi historia personal. Nadie sabe quién soy ni qué hago. Ni siquiera yo.
Achicó los ojos. No miraba en mi dirección sino más allá, por encima de mi hombro derecho. Estaba sentado con las piernas cruzadas, tenía la espalda derecha y sin embargo parecía de lo más relajado. En aquel instante era la imagen misma de la fiereza. Lo imaginé fantasiosamente como un jefe indio, un "guerrero de piel roja" en las románticas sagas fronterizas de mi niñez. Mi romanticismo me arrastró, y un sentimiento de ambivalencia sumamente insidioso tejió su red en torno mío. Podía decir sinceramente que don Juan me simpatizaba mucho, y añadir, en el mismo aliento, que le tenía un miedo mortal.
Sostuvo esa extraña mirada durante un momento largo.
-¿Cómo puedo saber quién soy, cuando soy todo esto? -dijo, barriendo el entorno con un gesto de su cabeza.
Luego posó en mí los ojos y sonrió.
-Poco a poco tienes que crear una niebla en tu alrededor; debes borrar todo cuanto te rodea hasta que nada pueda darse por hecho, hasta que nada sea ya cierto. Tu problema es que eres demasiado cierto. Tus empresas son demasiado ciertas; tus humores son demasiado ciertos. No tomes las cosas por hechas. Debes empezar a borrarte.
(...)
-Pero eso es absurdo -protesté-. ¿Por qué no va a conocerme la gente? ¿Qué hay de malo en ello?
-Lo malo es que, una vez que te conocen, te dan por hecho, y desde ese momento no puedes ya romper el lazo de sus pensamientos. A mí en lo personal me gusta la libertad ilimitada de ser desconocido. Nadie me conoce con certeza constante, como te conocen a ti, por ejemplo.

15 Dec 2009

Nihil novi sub sole

Simple: cuando estamos en el colegio y nos enteramos que alguien llegará a nuestro curso, generalmente queremos dos cosas (en adelante hablaré desde mí): que sea mujer y que sea bonita. Y en el caso no-tan-favorable que sea hombre, que por lo menos sea bueno pa' la pelota.

(En adelante haré una generalización a partir de mi situación particular) Sí, discriminamos según belleza; sí, discriminamos según habilidades. Pero no olvidemos que a la primera opción subyace la apariencia y el aspecto físico... siempre antes de la habilidad que pudiera aportar al grupo está la apariencia, la 'buena' y 'correcta' apariencia.

Prevención de la psicosis.

Sabía usted que la mejor manera de prevenir enfermedades es atacando las causas? Claro que los sabía, es obvio. Por ejemplo, para prevenir las psicosis podemos recurrir a una medida bastante sencilla que disminuiría de seguro los índices que hoy atormentan a las autoridades. La decisión política que adoptaré en mi gobierno para poder detener el alza indiscriminada de psicóticos será prohibir estrictamente -porque para esto está el Estado, para prohibir cosas- cualquier sentimiento similar al amor y, por supuesto, el amor mismo. Específicamente el amor que se ve en las calles, el de las parejas babosas, ése amor será completamente prohibido, pues los índices de enfermedades mentales que se producen avalan científicamente que mi propuesta para ser candidato a la presidencia es la más idónea si de atacar la psicosis se trata. Cómo, se preguntarán, oh estimados electores. Simple, las futuras generaciones no conocerán lo que es el amor: serán quemadas las películas de disney, eliminadas las películas de amor de las carteleras y las cinetecas, las parejas sólo podrán contraer matrimonio demostrando la conveniencia del mismo como un cálculo frío y bien hecho. Estarán prohibidas las muestras de afecto con amor, el desinterés reinará entre las parejas y conveniencia será nuestra bandera.
Cómo ve, es absolutamente posible disminuir los casos de psicosis que abruman a la población, pues cerca de un 60% es causado por amor y un 28% está implicado indirectamente a temas relativos al amor/desamor y las expectativas generadas a causa del mismo. De esta forma, en mi nuevo gobierno, las personas podrán ser felices de otra forma, habrá chocolates, televisión y facebook para todos y todas; habrán menos problemas, menos femicidios, menos violencia familiar; seremos un país ultradesarrollado y habrá sexo gratis subsidiado por el Estado para todos y todas quienes se encuentren en riesgo de enamorarse. Las cantidades de endorfina serán controladas rigurosamente por nuestros sistemas de prevención de la psicosis y serán absolutamente sin costo alguno los tratamientos necesarios para disminuir los niveles de la hormona. Recuerde que como este gobierno pretende, al mismo tiempo, disminuir brechas sociales, todos los beneficios serán sin costo sólo para los tres quintiles más pobres, el cuarto quintil será subsidiado en un 50%, mientras el quinto quintil será tratado en deciles, pagando el decil más rico el precio de mercado del tratamiento, mientras el decil menos rico del quintil más rico sólo pagará el precio de costo.

Prevención de la psicosis (b)

Hoy prometo,
solemnemente,
iniciar un tratamiento
para revertir la psicosis
que me aquejará a eso de los 30 años.

14 Dec 2009

Psicosis.

Respirar duele.
Respirar duele.
Respirar duele.
Respirar duele

Así se repetía en mi mente esta y cada una de las palabras que no te dignaste a proferir, cada una de las palabras que sonaban por todas parte, con el crujir de una hoja, con el motor de las micros, con el agua golpeando la tierra. 

Hoy el miedo se instaló imperceptiblemente en un rincón de mi mente. Lo sé y no es porque lo sienta, sino que soy capaz de verlo, impasible, imperturbable, absolutamente inmóvil. Se deja caer lentamente por los distintos recovecos y curvas que componen mi mente torcida y oblicua. Se aloja en un rincón, muy cerca de donde estás escondida tú; allí, donde nadie te alcanza ni te conoce, porque aún hay lugares en mí que la luz impertinente no logra mostrar y que las miradas no han alcanzado a develar.

La psicosis deviene pronta,
es la última vez...

En adelante:
t e r a p i a   i n t e n s i v a   y   e x t e n s i v a   
h a s t a   d e s a p a r e c e r .

11 Dec 2009

C'est poesie!

"Nosotros, hoy, hablamos del dolor, de la educación, de la paz o la guerra, pero hay personas a las que les duele sin palabras."

Silencio.

Vergüenza.

Me encontré solo
y sonriéndole a la pantalla
con una expresión de nítida vacuidad.

10 Dec 2009

Ah!!!!!! AAAAH!!!! AAAAAAAAAAHHHHHH!!!!!!

Hay distinciones que nunca cuestionamos, o que en nuestras vidas cotidianas no está si quiera inscrita la posibilidad de cuestionar. Ninguno de nosotros, a menos que epistemólogo o vinculado a las ciencias cognitivas, se detiene a pensar sobre las categorías de memoria a corto plazo y memoria a largo plazo. Honestamente el tema reviste de una profundidad inconmensurable y tanto es así que ni si quiera me propongo cuestionar semejante división, de hecho me parece simpática e incluso útil. Nada más agradable que dividir la memoria según el plazo sin por ello coartar la posibilidad de múltiples clasificaciones más.

"Es como andar en bicicleta". Exactamente, evocamos la memoria a largo plazo. Qué bien! Qué bien! Pero la memoria es una maldición que puede atrapar a cualquiera. Dicen de un hombre que no podía olvidar y que fue condenado a recordar todo, todo de cuanto estaba consciente. Había momentos que parecían tan irrelevantes, pero debido a su condición, no podía olvidarlas, no podía discriminar y quitarles importancia, porque el recuerdo vívido le hacía pensar que algún significado oculto habitaba, que por algo lo estaba recordando, porque estamos muy acostumbrados a pensar que si recordamos mucho a alguien es porque debe ser importante; o que si olvidamos algo es porque no nos importaba. Lo cierto es que para él semejante afirmación era totalmente baladí, recordaba todo; a ratos tenía que dejar de vivir, porque lo único que hacía era generar nuevas memorias las que se aglutinaban en su cabeza como infinitos impulsos eléctricos que lo recorrían al mismo tiempo.

Con el pasar del tiempo y la constante generación de recuerdos y experiencias todas memorables, ya no era sólo su cabeza el espacio destinado a recordar, sino que comenzó a recordar con el cuello. Los recuerdos que se apresuraban a obstruir su garganta eran especiales. Todos sabemos a qué tipo de recuerdos me refiero y no quisiera hacer más mención de ello. Lo cierto es que la garganta se hizo pequeña y el cuerpo todo no era apto. Imagínense a alguien recordando con las uñas, qué tipo de recuerdos habrían de ser evocados! ¡qué tipo de memorias y qué experiencias más extrañas! El cuerpo fue aprendiendo a recordad, surgieron nuevas formas de memoria, pues no bastaba con la memoria de corto y largo plazo. Era necesario inventar nuevas formas de memoria y las encargadas fueron las manos.

Es sabido que hay sentidos que nos comunican con el exterior, con el mundo que se encuentra allende la piel, pero entre los que conocemos, el más adecuado para depositar las memorias no fueron sino las manos. Dado que las palabras eran insuficientes del todo y que los gritos provocados por las pesadillas habían provocado una disfonía tremenda, las manos se preocuparon de generar una nueva forma de memoria que ayudase a descongestionar el cuerpo que se atestaba constantemente de recuerdos imposibles de almacenar. Fue bastante abrupto este quiebre, es como que de un día para otro te digan que tienes que pensar con las manos. A primera vista resulta de verdad complejo aprender a recordar con las manos, pero lo que muy pocos saben es que las manos son como las conexiones usb, es decir, van directo a la placa madre. Del mismo modo las manos están conectadas internamente de manera directa con nuestra placa madre. A primera vista parece predecible lo que viene, pues si las manos son como conexiones usb, basta con conseguir dispositivos de almacenamiento masivo usb para haber logrado la meta. Lo que las manos hicieron fue no sólo generar un lenguaje nuevo, así como el de señas que ocupan los sordo-mudos, pero con sus evidentes variaciones que explicaré luego, sino que mediante la comunicación producto de este lenguaje fue capaz de traspasar a otras personas los recuerdos que tanto agobiaban a este hombre que no podía olvidar. Era una suerte de masajes, pues el lenguaje consistía en el contacto con otros cuerpos. La forma del contacto y, más importante, lo que había subyacente tras el contacto era la clave para este código. No, no es la intención del contacto, sino todos los intersticios que se encuentran ahí, en el momento mismo del contacto entre dos cuerpos.

Resultó imposible, para mí, poder describir lo que sucedía. Sólo pude ser testigo de cómo mis manos eran capaces de pensar por si mismas y hacían cuanto quisiesen. No era como yo lo había imaginado, pues yo pensaba en manos gigantes y pesadas. Recuerdo que era algo más que piel lo que estaba en contacto con los demás cuerpos y ahora comprendo que haya recuerdos guardados en algunos objetos que suelo llamar "de valor simbólico".

Felicidad. (Sept de 2008)

Siempre deseamos aquello que no tenemos, o creemos no tener.

Ahora quisiera molestar vuestro malestar natural y proferir o escribir algunos trozos de significados... Aunque no tendré la misma atención que el mall estrella de la capital -o como versa el inglés "mall star"-, será suficiente como para atender un asunto de poca importancia y del todo vacuo.

Les diré (o escribiré) en serio (y de ser posible en serie) que probablemente la felicidad sea el fin último (Telos) para muchos de nosotros (he tenido la delicadeza de poner 'nosotros', acto del todo retórico). De aquello podemos sacar 2 lecciones: Primero, no somos felices; segundo, queremos serlo. Pero en el caso que lo primero estuviera errado y lo segundo en lo cierto, podría ser que fuéramos felices sin saberlo, o bien, querríamos seguir siendo felices. Por el contrario, si lo primero es lo correcto y lo segundo un error, podrían ser dos cosas: Efectivamente no queremos ser felices (y a Ud. no le escribo/hablo) o creemos no querer ser felices. Si fuera lo primero (ahora también le hablo a Ud.) puede que dada su infelicidad, sólo le alcance para desear no ser infeliz, o bien, es un "enfermo" o "desviado", por lo que no vale la pena hablarle/escribirle a Ud.

Creo que Ud. (a quien le escribo/hablo) se ha percatado que la lógica no conduce a la felicidad, sino que lo distrae. Mejor inténtelo de otro modo y no lea estas cosas, escríbalas; no le asegura nada, pero por lo menos es entretenido.

La dirección de la mirada.

Miró al horizonte con determinación y me dijo que así debía ser como yo debía mirar. Intenté imitarlo con cierto desgano. Me dijo que mi forma de mirar era más bien larga y distraída, que de esa forma sólo iba a conseguir perder el tiempo. Me propuse imitarlo, pero esta vez con fuerza inusitada. Pero mis intentos sólo parecían ser un juego para él. Finalmente se aburrió, se fue y me dejó solo y con la mirada extraviada...

9 Dec 2009

Piano Concerto Nº 2 - Sergey Rachmaninoff (Von Karajan)







Friday, May 15, 2009 (respuesta)

Pero tu sonrisa ya no es la misma
y tu candidez fue sólo un invento de mi imaginación.

8 Dec 2009

Hit del Verano 2009!

Son las diez  y otra vez todo empieza
el show de hoy tampoco debe esperar
y aunque piense que hoy voy a encontrarte
muy dentro mío sé que allí no estarás.

7 Dec 2009

Manifiesto.

La igualdad no es entre categorías políticas (hombre, mujer, homosexual, musulmán, judío, psicótico, inválido, etc.) sino entre personas.

La lucha reivindicativa no es por el status de una categoría, es por cambiar nuestra mentalidad que ve categorías donde no las hay.

La lucha no es contra un Otro, sino contra algo de un Mismo; contra la mentalidad propia y la de un igual.

El Otro, como categoría, no existe. Todo 'otro' es individualizado a nivel de cosa: cosificado; los demás no deben ser otredad, sino parte de la identidad: iguales.

No es sólo material y estructural el cambio que se requiere para la revolución, pues no es sólo petróleo lo que falta en el mundo, sino empatía.

La revolución y la utopía existen. Los sueños son reales y la imaginación un arma poderosa.
El arte, compañerxs, nos hace falta el arte.

6 Dec 2009

- - - - -

Esto no es más que un puñado de letras
que no pretenden cambiar las cosas verdaderamente.
Son sólo la filtración de un cañón que hizo de la pólvora
una siembra letal de sangre y fuego.
Son el escape del cobarde
de aquél que prefiere huir y dejarlos a todos ahí
mirarlos como se queman
como sufren
como agonizan cada segundo que se queda inmóvil
salvándose a si mismo
y aplastando las caras de los demás
para ganar un poco de tiempo
un día de vida
una hora de fama
quince minutos de confianza
un minuto de silencio.
Nada que el Tiempo no aplaste
Nada que el Olvido no sepulte
Nada que la memoria pueda rescatar...

- - - - -

En tu voz logré distinguir las burbujas que hacía el tiempo
erosionando suavemente tu piel expuesta al viento.
Vi enquistado en tu pelo el invierno
el frío que congela la ternura,
que esconde la posibilidad
y desgarra al mundo entero.

Ask me anything.

For some weird reason on December firsts days strange things occur. I do remember that last year is simply impossible to describe completely: it was supposed that I will met some friends, but we did not found each other. I was alone. I decide to go to a café to write a bit and then go home. Strange things happened.

This year it was supposed that I would have a kind of BBQ, but who said that would share his house decide to go out and do not told to anyone. I was standing out of his house, but this time I was not alone. We went to a friend's house and I have a nice time.

Oh! how to forget it! On Friday I saw someone that I was not expecting to see. Actually, my desire was utterly the opposite, however it becomes a kind of strange and fun thing. The strange part, are some comments that are recently on the air thereon; on the fun hand, is the entire 'situation', as my younger brother telling me: "que son cabros chicos, porqué no se hablan?"

Last year, on Valentina's birthday, I gave her almost all of my poems. This year I only gave her a metaphor, but it was absolutely for her.

Last year I was with my mind totally lost, trying to decide what to do about my career and in which field of study should I start to emphasise my knowledges. Now I'm preparing some publications on violence.

Last year I was still in-love with someone, now I'm as cold as the floor when you walk on thin ice... Anyway, the ice is up to be broken and I will not stop trying.

4 Dec 2009

Viaje al teatro.

Fui al teatro.
Estuve sentado entre el publico, pero yo sabía muy bien que mi rol no era ese.
Yo necesitaba de un personaje, de un rol más activo.

Sentí ganas de cambiar las cosas, de no ser espectador, de poder responder las preguntas y que éstas no fueran sólo retóricas; quise alzar mi puño ante la figura de Marmaduque, quise ser parte del montaje y no sólo ser reducido a simple escenario o ambiente.

El peor actor de la obra fuimos nosotros, reducidos a dos simples emociones; reducidos a un aplauso. Completamente atrapados por el asiento, pegados al libreto y sin la facultad de decidir qué hacer ante la eventualidad o el azar: arrojados a la inmovilidad que reviste el frío asiento, el pésimo rol de ser nada más que un espectador.

Limitado a escuchar, sólo recibir; entes pasivos, retratados, pintados, inmóviles. Imposibilitados de hablar, vetados de la palabra, empequeñecidos a la risa o el llanto, reducido nuestro cuerpo al choque de nuestras palmas de las manos; nuestra voz, el sonido tímido del aplauso; el murmullo de la risa; de vez en cuando toser.

Apegados religiosamente al libreto de espectador cuyo parlamento es silencio inmáculo hasta que acaba la función, nos vamos a nuestras casas y volvemos a la vida, a la palabra, al cuerpo, al rol que mejor sabemos desempeñar. Ese que es completamente reprimido en la ida al teatro porque la interpretación ha sido cooptada por los actores que esperan el beneplácito de nuestros aplausos, la mirada pasiva y nuestro más riguroso respeto.

Que TODO el teatro vuelva al diálogo, un diálogo igualitario entre actor y espectador. Quizás así podamos comunicar-nos, unirnos, juntarnos... quizás así haya un poco más de empatía.

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"Un 82% de la población NO va al teatro."
Que entonces el teatro sea el que vaya a las personas... no puede ser tan difícil... por último hacemos un puerta a puerta, estoy seguro que los conserjes nos dan permiso =)

Síndrome de Estocolmo.

Quédate con Latinoamérica, sus luchas eternas
Sus luchas perdidas y sin sentido
Luchas sin ganas, luchas donde la emancipación es sólo un mundo onírico
Porque ahí donde haya humanos amaré más a mi perro.
Quédate con el peor recuerdo de la faja angosta de tierra
De sus hombres nihilistas y cobardes
Quédate con el silencio inmáculo de la tristeza indígena
Que se mezcla y se funde
Con la aridez de la tierra que no permite que entren raíces.
Llévate un poco de arena en tus botas
Arena del sur, arena con residuos de cobre
Arena que sale a presión por la garganta de Dios
Como el vómito de un grifo que no cesa de gritar.
Llévate también la desolación de estas líneas,
La furia contenida
Y un signo de interrogación abierto
Del cual te puedas colgar si hace falta.

Diálogos (?)

Quería flores.
Sé que nunca pude decirlo,
pero eso era lo que quería.

Exacto, ya no.
de nada sirve que me mires así,
ya no las quiero.

Me conoces, sabes que no lo haría
Sabes perfectamente que no me gusta mentir.

Si quieres lo acepto,
igual que todo,
pero no te engañes.

Sí, lo hago por eso.

No, no jugaría contigo
no soy lo suficientemente desgraciado.
Además no me gusta ese tipo de juegos.

Me fascina, pero no de esa manera.
Mejor míralo de esta forma:
simplemente cambié de opinión.

No seas exagerada,
no es para tanto,
no es que cambie mi opinión antojadizamente
no es que no me caigas bien
no es que me aburras
no es que me hagas daño.

Es más fácil que eso,
imagínate que de la misma manera
que no me gustaban los hongos y ahora sí
antes me gustabas y ahora no.

No, nada de eso.
Es sólo porque sí,
porque los gustos cambian.

Bueno, entiendo que no te guste la idea.

Si, comprendo.

De todas formas, por mucho que me digas esas cosas
no cambia lo que siento por ti.

Si querías herirme lo conseguiste,
no sé, quizás quieres algo más.
Dímelo. Te lo doy y asunto arreglado.

Está bien,
si eso quieres
no tengo problema en darte en el gusto.

Jamás, lo voy a hacer cuando yo quiera...
Y cuando esté seguro que luego no harás una tontera.

Nunca dije que no te quisiera,
es sólo que ya no me gustas
y quiero estar solo un tiempo.

Un año, dos años...
No lo sé.

Me agrada que no te des por vencida tan fácil,
pero sabes perfectamente que mi opinión,
siempre que cambia, es por factores totalmente impredecibles.

Si, lo soy.

Hay algo más que quiero decirte.

Sólo quería pedir perdón.
Sé que me equivoqué,
y mucho...
Pero te juro que no soy malo
y que si lo hice
fue de inmaduro
y porque no medí las consecuencias...
créeme que si hubiera estado consciente
no lo hubiera hecho.

Entiendo que no quieras,
pero si algún día cambias de opinión
me pondría contento saber que aceptas mis disculpas.

Está bien, que sea como tú dices.

Si, yo acepto; aunque advierto que no es lo que yo quiero.

No sé, dejar que las cosas pasen.

Sabes, para mí estos años han sido días extraños,
días donde llevo esperando que algo pase;
como si estuviera en invierno
y los días grises se volvieran infinitos,
entonces lo único que anhelas es que salga un poco de sol.
Hoy, quizás, el sol estuvo un poco más cerca,
pero de todas formas sigue ahí,
oculto. Lo único que quiero es ver las cosas nítidas
pero aunque sé que han pasado muchas cosas este invierno
no ha salido el sol.

Bueno, déjalo así.

De todas formas yo tampoco comprendo del todo.

Sabes, creo que ya es hora de irnos.

Está bien,
creo que está bien.

Hasta entonces.

(Entonces respiré profundo
se gestó un nudo gigante
una corbata colosal que acariciaba la garganta.
Todo se juntó allí
el nudo no dejaba pasar la saliva ni el aire
y mis manos comenzaron a desvanecerse en mi cara.
Bajé la vista
miré mis zapatillas
miré mis calcetines
aunque había un sol radiante,
yo simplemente era incapaz de verlo.)

- - - - -

Uno siempre cree tener cierta noción de lo que fueron los campos de exterminio, pero a veces es necesario leer un testimonio, a veces es necesario leerlo de los ojos de alguien que conoce más de cerca lo que es un campo de exterminio. Incluso el testimonio de los ojos fríos del SS a cargo.

Invierno.

La única esperanza que se tenía
era poder llegar a primavera con vida.
No había espacio para pensar en el futuro
porque el único futuro que valía la pena
era el sol que calentase un poco nuestros cuerpos
de bestias cansadas, de mirada completamente ida,
vacía, sin voluntad.

Sólo entonces entendió cierta adoración que tuvieran
las antiguas civilizaciones por el sol;
sólo sumido en el más frío invierno.

- - - - -

Hoy visité un campo de concentración.
Un amigo me dijo que mi visita era fútil
que ya no era necesaria
que llegaba a destiempo.

2 Dec 2009

- - - - -

Hoy, por fin, te vi.
No puedo explicar la emoción que sentí al verte,
mi anhelo más deseado,
mi deseo más oculto...
Estabas triste y te regalé un abrazo tímidamente,
te dije palabras amables y lloraste acurrucada en mi pecho.
Te comenté que está bien llorar
que si es necesario, hay que hacerlo;
pero sin perder la esperanza...
te dije que la esperanza se asoma cuando,
al terminar el llanto,
se esboza leve una sonrisa.
Entonces levantaste la vista,
me miraste tierna,
y sonreíste.
Invariablemente devino el llanto
desconsolado
profundo,
como agradeciendo mi gesto.
Cuando quise preguntar porqué llorabas
se acabó el camino de regreso,
abrí la reja de mi casa
y todo volvió a ser como antes...