5 Jul 2017

Pocas personas cercanas a mí votan por Piñera, pero hay que reconocer que, después de la abstención, gana por lejos. Y no es por azar, sino que es producto de un trabajo doble por parte de la derecha que se ha llevado a cabo durante mucho tiempo. Por un lado la derecha ha hecho el trabajo estructura, la concertación ha sido su brazo político al consolidar un modelo de competitividad mercantil descarnado donde el ideal-tipo es la figura de Piñera. Ese que se hace 'el vivo' y con una off-shore compra Tantauco (eludiendo pago de impuestos), ese que mete a la mala un par de preguntas en la CASEN para que no muestre que la pobreza aumentó en su gobierno y que nos costara no solo parecer país bananero sino que la CEPAL dejara de trabajar con Chile en esta materia, ese del piñeragate, exalmar, banco de Talca, etc, pero que sale airoso y libre de polvo. O al menos libre de cárcel y con los bolsillos llenos. 'Saber hacerla', dicen lxs que no tienen idea cómo funcionan las cosas en las cúpulas económicas del país. Piñera es el que compite, usa todos los medios que tiene a su alcance y consigue lo que quiere. Consigue lo que quiere y punto; se esfuerza y lo logra. Es el éxito encarnado, y detrás de él hay un Chile aspiracional proyectándose, queriendo ser Piñera, queriendo ser vivo, millonario, poderoso. No se trata de entender el fenómeno de Piñera cuando lo que está detrás es la admiración. Y se lo debemos a años de un sistema educacional que fomenta saltar con los codos para aspirar a ser como 'ellos', si no tienes plata, claro. Si puedes pagar por un colegio no tienes que competir por el cupo, tienes que pagar por él y eres de ellos. Un poco, porque te faltaría el apellido y la familia (por lo que en realidad no eres de ellos)

Por otro lado el trabajo de la derecha ha sido la UDI popular apoyada por políticas sistemáticas de asistencialismo. Han entrado a las poblaciones y se han mostrado 'cercanos'. La derecha ha encantado el mundo popular con su cercanía, haciendo ver, en las personas más humildes, un reflejo de lo que quieren ser. No sólo han construido los valores sino que los han encarnado de manera "cercana", basta ver al Pancho Saavedra relacionarse con las personas, tan sencillo que es, tan cercano... y la gente lo quiere. La gente quiere a la derecha y negarlo es no reconocer que la izquierda ha fallado no sólo por falta de unidad, recursos y otros, sino porque la derecha ha hecho las cosas 'bien'.

Por otra parte, la concertación está desgastada de estar décadas detrás de las reformas que surgen en la calle y de las que sólo se enteran desde sus sillones (no desde el trabajo de base como en los noventa) para ver qué provecho político pueden sacar de ellas. El frente amplio es una nueva coalición que pretende materializar institucional y políticamente varios movimientos sociales que han surgido en los últimos diez o quince años. Una suerte de nueva concertación (en los inicios de ésta, claro), que intenta desde la ciudadanía y la resistencia, proponer un proyecto político de izquierda. Buenas intenciones, ojalá se materialicen, después de todo los orígenes de la concertación también estuvieron llenos de buenas intenciones, lamentablemente sólo fueron materializables 'en la medida de lo posible' en un escenario político muy distinto del de ahora, pero no tan distinto del de otras transiciones latinoamericanas.

Por lo pronto, además de subvertir los valores -trabajo arduo y tremendo- creo que la única salida a la coyuntura es que a Piñera le gane la abstención.

No comments:

Post a Comment