1 Nov 2016

No tengo ganas del discurso embellecido (qué horrendo el sonido de la doble ele en esa palabra) ni de apretar enter cada cierto tiempo ni de pretender ni de ver humanos ni de trabajar ni de perdonar ni de sentirme bien ni de ver humanos en particular que no voy a nombrar por la posibilidad absurda y remota de mostrar esto alguna vez antes de borrarlo  o quizá que quedase un registro guardado sin que yo lo notase. Me aburrí de la sonrisa weona, hace rato que me aburrí de las palabras amables y quizá eso ha ido propiciando el que me convierta en la mierda que vengo siendo hace un tiempo. Más pretencioso más pedante más desubicado más cruel. De hecho...

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