30 Sept 2010

Yo... Confieso Cap. 105

Comencé a escribir sin un estímulo claro. Recuerdo que escribía 'pensamientos' en los cuadernos, pero el primer "poema" creo que fue uno que hice para la clase de música. Hasta 2005 no tenía un estímulo claro que influenciara mi escritura y aunque comenzaba de a poco a leer más, los autores de ese entonces eran Hobbes, Locke, D'alembert, Diderot, Voltaire. La literatura no me atraía mayormente, pero los libros me gustaban, quizás más como objetos materiales que por el contenido. Así, un día, me compré "Salvo el Crepúsculo" de Cortázar. No era mi primera incursión en poesía ni en la obra de Cortázar, pero por alguna extraña razón, quizás de empatía o de falta de experiencia, ese se convirtió en mi libro de cabecera. "Ándele" me influenció más allá de lo que me había dado cuenta. No tanto por la figura de la carretilla como por la forma que tiene ese poema de dirigirse al lector. No fue de Polhammer - aunque quizás de Lira un poco- sino de éste poema el que influenciara mi escritura de "fome... (para leer en voz alta)" o "Altura de mira".  Salvo el crepúsculo me acompañó un buen tramo, de ahí salió aquella frase "vení a dormir conmigo/no haremos el amor/ él nos hará" y también una que nunca he podido superar: "sólo cosas menudas de repente me faltan/ y quisiera buscarlas: el contento,/ y la sonrisa, ese animalito furtivo/ que ya no vive entre mis labios". También aprender de memoria a recitar "Si he de vivir". Incluso hoy guardo dicho poema en mi memoria sin saber que podía decirlo fluidamente con sólo echar un vistazo a un par de letras... En 2007 escribí poco, conocí la isla toto y fue un año complejo, no tanto por la U como por la salud de V.

En 2008 conocí a Eduardo Llanos y a Lira, aunque creo que a Lira lo conocí antes. Me apegué a sus textos y fue mi principal influencia. Volví a leer bastante literatura y los libreros comenzaron a desbordar. Escribí mucho y variado, sin una línea constante, pero con muchas líneas entrecortadas y no continuadas. De todas formas fue Lira el que se mantuvo como el texto al que solía volver. 2009 fue breve, fue un año marcado por la violencia y la pena que me produce; por la guerra y el miedo que me deja. Fue el año en que redescubrí a Teillier y desde entonces no quiero abandonarlo; aunque no sé si se note lo suficiente, pero es él a quien me quiero parecer. Me ha acompañado la primera mitad del 2010 y ahora junto a A.B.C. me acompañan de la mano y dándose besitos. Très gai, trop gai.

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