30 Sept 2010

Persecusión de funesto final.

Camina con calma
pero por dentro sabe que la van siguiendo.
Levemente inclina su rodilla derecha
hasta casi tocar el suelo con ella.
Disimula abrochar el cordón de su zapatilla izquierda
mientras mira de reojo a su perseguidor.
Él finge haber perdido algo
se detiene y simula escudriñar desesperadamente sus bolsillos
mira a todos lados como buscando respuesta
y se queda pensando un segundo hasta que pretende haberlo encontrado
justo para cuando ella reemprende su marcha.

La caminata es ágil
y ambos saben que comenzó el verdadero juego
ella sabe que llegando al río podría librarse de él
él también lo sabe y poco a poco se impacienta
Ella siente sus pasos retumbar en su pecho
Siente su respiración agitada
corre con todas sus fuerzas
y siente que cada vez que se separa del suelo
está el peligro inminente de ser capturada
hasta que una mano pesada cae sobre su hombro
y una voz ronca y agitada le grita:
"Tú la traes!"

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