Hoy hablaba con mi prima y me contó que en Colombia hay una tribu que no distingue el cuerpo del espíritu o del alma como lo hacemos nosotros. Yo no me había dado cuenta que cuando hablamos del cuerpo no hablamos de alma hasta que ella me lo hizo ver diciéndome aquello. Yo le dije que en la guerrilla colombiana existe el corte de corbata, el que se hace con un corte semi-profundo por el borde inferior que sigue a la mandíbula inferior y que termina por hacer una curva que comienza y termina en el cuello. Luego queda la lengua colgando, como corbata. Si, no fue algo agradable, pero me gusta decir esas cosas aparentando naturalidad, como quien habla de una piedra o de un dedo.
Luego recordé un paper que leí hace no mucho de una antropóloga colombiana que presumiblemente le han gustado mucho los libros de Foucault. Si, la biopolítica, el cuerpo, etc... y me llevó a pensar inmediatamente que sería muy difícil poder explicarle a una persona de aquella tribu lo que versa sobre la sociología del cuerpo o la biopolítica, asimismo, lo difícil que sería replantearnos esas teorías en los términos de un lenguaje que no contempla la escisión cuerpo-alma; y a la vez la posibilidad de un materialismo distinto, uno que considera que el Cuerpo sea todo: cuerpo y alma.
En términos más sencillos, prácticos y asequibles a todx lectorx: Me gustó la idea de entender, como quizás en aquella tribu comprenden, que si -por ejemplo- hay violencia al cuerpo, ésta no es sólo física. Que el dolor se siente con el Cuerpo. Que no habría ya que decir que los ojos son las ventanas del alma, ni pretender ningún tipo de relación entre cuerpo y alma o espíritu, porque sería una unidad, todo sería Cuerpo.
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