10 Jun 2009

Diálogos (I - XV)

Prólogo.


Cierre de un ciclo:
Advertencia!
-Para la apropiada comprensión del lector dejaré todo a su imaginación.

[Quizás sólo la mitad.]




I

-A veces siento un impulso, algo extraño que no logro descifrar, me entiendes?
-No, no es eso... es como algo alegre.
-No, es más bien algo ajeno a mí, como que no soy yo, como cuando tienes una sonrisa pegada en la cara y no la puedes controlar.
-Quizás sea eso. Qué hago?
-No creo que sea ni malo ni bueno, sólo es.
-Obvio, me encanta sentirlo, pero sin gente a mi alrededor.
-No importa que nadie lo note, me basta con sentirlo
-Si, a veces yo también creo que debería hablar más contigo, pero siento que las demás cosas me lo impiden.
-Tienes razón, no es excusa.
-Pero siento que me cuesta bajar de este mundo de personas ausentes y ensimismadas.
-En serio crees que me vuelvo un poco como ellos?
-Voy a tener que hacer algo al respecto.
-Te tengo que dejar..
-Si, otra vez las cotidianidades, ya sabes, mis hermanos, mis padres, y esas personas que siempre están y no-están a la vez...
-Te prometo que la próxima vez podremos hablar más y mejor.
-Yo también, nos veremos?...

II

-La última vez tenías razón...
-Eso que me comentaste que yo también soy como todos.
-Creo que fue duro darme cuenta, me dolió.
-Si, pero ya estoy mejor, gracias.
-Quieres hablar?
-Esta vez te escucho, por favor dime...
-Si, te lo prometo.
...

.
...

..

.

....
-Lo siento, pero lo digo de verdad: lo estoy sintiendo.
-A mi me pasa que me pierdo en sus ojos, y me pongo feliz, y me doy cuenta que no es que sonría por cortesía, sino porque no puedo hacer otra cosa... aunque lo tuyo es complicado.
-Si es que hay algo que pueda hacer por mí?
-Ahhh... ya entiendo. Yo creo que no.
-Porque no.
-Ya? Ahora?
-Me da miedo...
-Es que no acostumbro a hacer esas cosas, los demás se preocupan mucho y me da lata.
-Ok, no es que justifique mi miedo echándole la culpa a otros, pero... Está bien, dame un segundo...
...
-Espera! Me estaba desasiendo de todo, pero no puedo sólo con una cosa, es decir, una persona...
-No, más que la persona en sí, creo que es su recuerdo.
-Entonces me quedo.
-Si sé, sé todo lo que pierdo y sé también todo lo que tendré que sufrir, pero no puedo ir. Además no sirve con miedo, no resulta así.
-Pero espera! podremos hablar luego?
-Eso me deja más tranquilo.
-Hasta entonces.

III

-No ha pasado mucho tiempo...
-No sé, aún no sé. No sabría que hacer después.
-Si, pero siento que me supera.
-Pero qué quieres que haga! soy débil, no soy como tú!
-Si, soy todo lo que dices, y lo peor también!
-Si no tengo voluntad, entonces porqué hablas conmigo!
-¿Compasión?
-Si no es eso, entonces qué?
-Si, me gustaría que me lo dijeras,
...
-Siempre haces esto conmigo.
-A veces pienso que soy sólo un capricho entretenido para ti, hace falta que digas esas cosas, ayudan, sabes?
-Bueno, como digas. Entonces de qué hablamos, comienza tú, pregúntame y yo respondo, lo que sea.
-No todavía, quizás más adelante.
-El que yo quiera, depende del día.
-Si, hay días que no tienen sentido.
-Exacto, como el yin-yan.
-Es que no puedo concebir la sola existencia de lo pésimo.
-¿Diferente? ¿Me halagas o me insultas?
-Pero con qué intención me dices que soy diferente, ¿como un bien o un mal?
-Tienes razón, yo lo dije antes, sólo es.
-Tú también eres diferente, pero a mi me agrada que seas así.
-Lo siento en el alma, pero mi hermana me necesita. Hasta pronto.
-A mi también me gusta hablar contigo.
-Hasta pronto.

IV

-Sabes porqué te busco, no?
-Exactamente!
-Y que piensas de eso?
-Cierto, siempre he sabido lo que piensas al respecto, pero qué me aconsejas?
...
-Siempre me dejas así, en nada...
-Si sé que no es tú culpa, pero podrías aplicar un poco la solidaridad, un concepto humano que a veces suele ser muy útil, sobre todo cuando tratas con personas como yo.
-No quiero compasión, quiero comprensión. Quizá algo de empatía.
-Sorpresa! soy débil... soy mil veces más débil de lo que tú eres, y no caeré en metáforas absurdas al respecto, puesto que sabes lo cierto de mis palabras.
-Ok, volvamos al tema... Entiendo que sería correcto actuar de esa manera, y que tienes razón, pero para mí sería, tal como lo dije, actuar. Prefiero ser honesto.
-Cierto, eso lo digo en vano... pero quizás en el fondo me gustaría poder decir la verdad.
-No, no me importan los demás en este caso, sino ella; para qué haces como si no supieras a lo que me refiero.
-Creo que es mejor callar, por lo menos por unos años. O hasta que las cosas estén olvidadas.
-Si, además ambos sabemos lo que causaría decir todo ahora.
-Sabes, quisiera poder tocarte.
-Si sé lo que significaría.
-Pero al mismo tiempo debes saber cuantas veces he deseado que me tomes por sorpresa.
-A ti no te gusta hablar de eso?
-No me hagas reír!
-No se trata de una burla, es más bien lo absurdo que suena.
-Si, entiendo; era lo absurdo, lo a veces incompresible lo que me dio risa. Como cuando los humanos ríen porque no entienden y es una risa con los ojos abiertos bien grandes, o cualquier risa en general que es por falta de empatía y comprensión dados ciertos patrones cognitivos parcialmente determinados.
-Te aburren mis inteligentonterías, cierto... Seguiré evitándolas.
-Pero me refiero a toda aquella risa que no es la que te conté el otro día y que no es producto de algo sublime, sino las risas vulgares, inconscientes.
-Si, esas mismas. Las que abundan en mí cuando se trata de ti.
-A veces siento como si te olvidases quienes somos, o quien eres y con quién hablas, nuestras “individualidades” aisladas del pronombre nosotros.
-Pero no seguí con mi verborrea.
-Adivina qué...
-No.
-No.
-Tampoco.
-Pero adivina, ya sé lo que sabes.
-Si!!!!
-Si, me alegra mucho recibir ese tipo de correspondencia, por muy absurdo que parezca.
-No, no es por eso, te acuerdas que una vez te dije algo del nombre, creo que tiene algo hipnótico, es extraño, pero cuando lo veo todo cambia.
-Si, basta el nombre...
-Te tienes que ir?
-Tú? Quehaceres?
-No dudo que seas una persona ocupada, pero es extraño en ti.
-Si, creo que me escondes algo.
-No importa, no me digas. Ya sabes que a veces prefiero no saber tus cosas.
-Bueno.
-Que sea productivo y beneficioso tu "quehacer"
-No soy irónico, lo digo de verdad, con toda mi intención.
-Hasta pronto. Y que conste que esta vez yo no fui el que huyó...

V

-Qué crees que va a pasar?
-No, pero imagínate algo, ve más allá de tu razón ¿qué crees que va a pasar?
-Si, en general
-Pero dime lo primero que se te ocurra
-Y… Porqué crees eso?
-Y ese porqué obedece a tu “naturaleza” o a cierto “determinismo”? pero sin inventar, te pregunto en serio
-¿Cómo?
-Tanta pregunta?
-Bueno… Sólo curiosidad.
-Nada, no tengo algo en mente
-Bueno, si. La verdad es que pensaba si tu visión de las cosas está tanto, más, o menos viciada que la mía, ya sea por factores biológico genotípico-fenotípicos como culturales impuesto-adquiridos
-No te rías! Por más que intentes convencerme, aún no sé si eres tan normal como dices
-Eso depende
-Depende de cómo yo te vea según los patrones antes descritos por mí
-Ya…
-Si.,…
-Ok, pero no quiero hablar de eso, pasemos a otro tema
-Si, tu sabes que prefiero evadir el tema de mi ex.
-Ya, ok. Pregúntame
-Si, te diré la verdad
-Un poco, es decir, cada vez menos
-Pero qué quieres que haga!
-No, no pienso volver
-Tampoco empezar de “nuevo”, no tendría nada de nuevo. Eso nunca funciona, y además es mentira.
-¿Alguien en mente?
-Si entendí… Si, pero no.
-Es alguien que es imposible, por lo que imaginariamente si, pero en la realidad no
-Si, la realidad comienza en el pensamiento, pero la plausibilidad de ello es algo absolutamente distinto
-Luego seguimos, se vienen los deberes; reales por cierto.
-Bye.

VI

-En el metro es todo distinto
-La sociedad se reinventa bajo tierra
-Recuerdas “Flores para Algernon”
-Siento que cuando hablo contigo escribo mi propio informe de progresos
-Si, un “enforme”
-Bueno, de una u otra manera lo que hago es en-formar
-Acabo de recordar algo
-Que podría regalar aquel libro a una amiga
-Si, es especial ¿porqué lo preguntas?
-¿Se nota?
-Yo creo que… quizás tienes razón
-Siento que la admiro mucho, creo que es una de las personas que más admiro, quizás siento mucha empatía y en una de esas es como si me gustase…
-Si, me cuesta decir esas cosas
-Sabes que estás en lo cierto
-Creo que me tengo que bajar del metro en algunas estaciones más, luego seguimos.
-Te puedo preguntar algo?
-¿Tienes a alguien?
-Ok, pero en el sentido de compañía, tienes la compañía de alguien…
….
-Me respondes luego, bueno?
-Hasta entonces…

VII

-Creo que hace unos meses escribí un poema que se llama "intranquilo", no sé si te lo he leído, pero hoy me he sentido nuevamente intranquilo.
-Lo excepcional, como tú dices, es que hubo un corolario, una refrenda inconmensurable.
-Fue algo que leí.
-No importa.
-Te digo que no tiene importancia.
-Si, es eso... Eso que te comenté la última vez que hablamos.
-¿No hay algo que pueda yo hacer?
-Sí, me ves, estoy bastante mal hace varios días.
-No, a nadie excepto a ti; lo que en estricto rigor sería a nadie.
-Recuerdo que una persona me preguntó con quién hablaba...
-¿Qué le iba a decir?
-No. Me hice el que no había escuchado.
-No... Es mentira, no es un recuerdo, lo inventé; sólo que me hubiese gustado que alguien me lo preguntase.
-Pero si sabes que esas cosas no suceden, a ninguna persona le interesa si yo hablo o no lo hago.
-No soy duro, es que así lo siento. Me cuesta encontrar personas que les interese lo que yo les hablo más allá de sus propios intereses: que se interesen por mí y para mí, no por mí para ellos...
-Si, es triste... Pero qué le voy a hacer.
-No te preocupes, no moriré!...
-Te da miedo esa risa?, pero si no es risa, es un híbrido entre risa y llanto. Aún no le ponen nombre los humanos, porque no quieren verla de frente, le temen a esta expresión (o sensación) que es tan profunda y demasiado nefasta como para soportarla, menos aún para nombrarlo.
-No es que esté "depresivo", es que soy así. Uno es lo que quiere ser sumado a lo que hace; pues esto es lo que hago y quiero.
-¿Que te hable de otra cosa?
-Hoy vi a Valentina.
-No, sólo la vi.
-No, ella me saludó, luego le dije algo un poco pesado y no me respondió. -Estaba afectada por algo, pero preferí hacer como si nada.
-No quiero hablar de ella...
-Bueno, entonces te hablo de Valentina.
-No, es otra. Esta es una amiga que hace tiempo no veía. Me alegró verla.
-No, no me gusta; tú sabes quien sí me gusta... Tú sabes lo patético que resulta...
-Cierto!
-No... Detente ahí... Todo es incierto.
-Si, porque en el fondo sé que vivo en mi imaginación, sé, con la melancolía atada a mi piel, que son sólo cosas que pasan en mi mente...
-Si, así es. Pero ya no importa.
-Aún espero ese día que nos veamos a los ojos y me lleves para siempre de este lugar.
- No importa donde, me importa poder soñar en paz, me importan cosas tan imposibles de este mundo, que si me llevas, no habrá mucho que pueda perder de verdad.
-La posibilidad, sin duda eso sería lo más preciado que perdería; las distancias, las improbabilidades, lo distante... Y una que otra lágrima que condensa en sí el mayor dolor, uno ineluctable, uno sin nombre aún.
-Gracias...
-No me hace sentir mejor, pero me hacer recordar que me debo ir a dormir, o por lo menos quedarme tirado un rato...
-Hasta entonces.

VIII

-Si, lo sé...
-Eso también...
-Qué pretendes?
-Si querías pseudoconscientizarme respecto de mi propia desidia y complicidad en mi propio estado, lo lograste; pero no olvides que todo eso es impropio, es decir, ajeno.
-No entiendas entonces.
-No, no te lo voy a explicar.
-Está bien, lárgate.
-¿Quedarme solo?... no te preocupes, nihil novi.
...
..
.

IX

-Dos meses.
-¿Por qué viniste a verme?
-Si, me extrañó un poco.
-Bueno, gracias por venir. Eres el indicado en el momento preciso.
-Entonces sabrás lo de Valentina.
-Claro, entonces viniste por eso. Gracias.
-No, yo no tuve que ver con su muerte, aunque ella debió creer que lo hizo por mi culpa.
-Y porqué sabes eso?
-Cierto... a veces me olvido que estoy hablando contigo.
-Sabes, nunca le dije toda la verdad. Que habían sido dos veces y no una, y que siempre estuve amando a Magdalena. Incluso hoy, y en su funeral... también pensaba en ella, pero de una forma distinta.
-No, no me siento culpable ¿debería?
-Pero eso no es mi culpa.
-Claro, pero según tu lógica yo también sería culpable de su muerte.
-No, ni se te ocurra imputarme su muerte, ya te dije que yo no fui el culpable.
-Creo que te lo dije antes, pero cuando pequeña su abuelo abusó de ella y parece que la violó, quizás esa puede ser una buena razón para tomar una decisión.
-Yo creo que no.
-Obvio.
-Pero estaba con tratamiento. Psicóloga y psiquiatra.
-Ja!, Cierto, no sirvió de mucho.
-Pero igual deben sentirse fracasados como profesionales.
-Y tú serías el primero en ir, cierto?
-¿Cómo?
-No entiendo.
-Sigo sin entender, porqué dices eso?
-Mmm... tienes razón. Pero yo no creo estar tan mal como para terminar así.
-Pero qué tan muerto me ves?
-Tanto?!
-Voy a empezar a preocupare un poco por mí entonces.
-Si sé que hay gente, pero yo quiero a algunas personas solamente, no a todas.
-No sé, para qué quieres saber nombres?
-Pero si no los conoces.
-Bueno, Magdalena - obviamente -, Constanza, Camila, una niña que no sé su nombre, Enrique, Amaranta, Macarena, Álvaro, Carolina...
-Afinidad supongo.
-Entonces prejuicios socioculturales. Lo que sea.
-No, no importa tanto eso, me fijo más en la dicción y en las palabras que emplean.
-¿Cuánto más?
-¿Tan pronto?
-Y volverás a verme nuevamente?
-Y si no muere alguien, entonces tendré que buscarte, cierto?
-Bueno, hasta entonces.
-Gracias por venir.
-Yo también.
-Au revoir.

X

-Ayer no fui a clases.
-¿Por qué se supone que no podría contarte mis cosas?
-Y si quiero llamar tu atención y te lo digo primero y después te cuento mis cosas, y más aún, te digo lo que quiero que me digas para que sea más fácil y no te equivoques...
-No, es en serio, no estoy jugando.
-Yo te voy a decir algo y tú tienes que preocuparte, o fingir estarlo, y preguntarme porqué lo hago, después yo te voy a responder una tontera y tú me dices que me veo mal, que qué me pasa y yo te digo algo y después tu me dices que lo sientes y antes de terminar me dices que yo no haga tonteras y me dices algunos pseudoelogios y que en virtud de esos yo tengo que ser un niño de bien y cosas así...
-Yap.
-Si ya empiezo... es que es como una obra de teatro... te tienes que acordar de todo...
-Ya... ahora si..
-Pero tengo que concentrarme, espero un poco...
-Si, ahora si. No he ido a clases en toda la semana.
-No sé, no tengo ganas.
-No sé, no importa...
-Es que estoy cansado de todo, como que ya no tengo voluntad.
-Si no es tu culpa, no te preocupes, si se me va a pasar, igual que todo...
-Si sé, pero es que a veces me canso... gracias de todas formas.
-Si, ahí esta bien.
-Gracias.
-Si un poco, pero no me molesta lo patético, me molestan otras cosas.
-No sé, otras como las que yo tengo. - Esbocé una sonrisa-
-Bien, eso va bien.
-Bien, o sea, ha pasado nada, aún no hablamos - si es que alguna vez lo h-hicimos-
-Es que cuando digo "hablamos" implica que las dos personas lo hagan, no sólo una de ellas, y siento que eran monólogos, más monólogos míos y ella escuchaba -creo- lo que yo decía. Era más bien una exposición.
-Pero qué más da, por lo menos contigo puedo hablar de estas cosas, supongo debe haber gente que está peor.
-Da lo mismo, no me hace sentir mejor saber con detalles las cosas que tú sabes de las demás personas. Sólo lo digo como un consuelo un poco absurdo y conformista.
-Tan pronto?
-Está bien, nos vemos luego supongo.
-Que tengas una buena semana, que trabajes mucho! - Esbozamos una sonrisa con complicidad-
-Hasta entonces.

XI

-Qué esperabas?
-Por favor no seas no te conviertas en cretino.
-Sabes bien cuanto la extraño, sabes bien que no es lo que yo quería.
-No, cómo se te ocurre. Un acto fallido con eso... jamás.
-Bueno... pero... prefiero creer que no es así, aunque existan todas las razones del mundo, es necesario que no sea como dices, por mucho que necesite alimentar mi complejo de culpa y causarme sufrimiento de forma enferma (tal vez el fondo sea también enfermo y no sólo la forma), no puedo pensar así, terminaría por destruirme.
-Qué intentas diciendo esas cosas? Qué quieres? Que me ponga a llorar!? Que me sienta mal!? Que me suicide!?
-No me hagas reír, uno no hace las cosas sin intención, puede ser inconsciente, pero sin intención... me rehúso a creer que tú estás en tal situación.
-Cómo quieras, pero ambos sabemos que los engaños a uno mismo no duran por siempre, sólo te lo recuerdo, porque sabes bien que experiencias te deben sobrar más a ti que a mí.
- Qué harías si me mato? o si muero en un accidente?
- Da lo mismo; un acto fallido, un accidente: ambos terminan con el mismo hecho, la intención no importa ahora.
- Pero responde ¿qué harías tú?
- Y alguien como tú, con tus responsabilidades y tu cargo, puede impedir que yo me mate? no es un poco ridículo?
-No! Tú sabes que no estás en la misma condición que un mortal cualquiera, porque no eres ni cualquiera... pero no importa, entonces conozco tu intención... ahora, tengo otra pregunta. Cómo puede ser que te hayas apegado tanto a mí como para querer que yo no muera?
- Creo que es un poco inútil hacerte preguntas... eres genial con las evasivas... No importa, déjalo así por ahora, prefiero volver con este tema más adelante, quizás en algunos años o algo así... cuando estemos un poco más cerca...
- Sabes a lo que me refiero con cerca, no te hagas...
- Exacto! Sabía que eras brillante!
-YO? Irónico? Qué extraño... y yo pensaba que me conocías...
-Ja ja ja...
-No en lo absoluto.
-Tengo que ir a clases, nos hablamos luego.
-Si pero aunque ya no haya ido a dos clases hoy, me queda la tercera...
-No, pero es que me tengo que juntar a redactar un trabajo, es para hoy a las 14:30.
-Nos vemos!

XII

-Qué tal?
-Yo, bien, supongo.
-Es que uno nunca sabe, a veces uno cree algunas cosas que terminan no siéndolo, por eso sólo "supongo". Además le da un poco de incertidumbre y así es más entretenido.
-Cierto, bien porque el sábado fue genial, y casi todo ha mejorado.
-No, Valentina no. Siento que comienzo recién a tener consciencia de su muerte, y aún sabiendo todo el daño que me hizo, no soy capaz de culparla ni guardarle rencor.
-Pero no tiene que ver con que se haya suicidado, no es por su muerte, sino por su vida.
-Exacto, yo no podría haber soportado todo aquello, además súmale todas las consecuencias que tuvo después, cuando estuvo internada en el psiquiátrico y todos los problemas relacionales que le imputaban y aun le echaban la culpa de muchas cosas.
-Si, aún la quiero. Pero creo que ahora es más nostalgia.
-Es que todo partió porque mi prima me preguntó si la echaba de menos, y yo le dije que no, entonces ella me miró como preguntando qué clase de ser humano soy, y yo me miré también y comencé a pensar, Entonces no me di cuenta cuando ya estaba empapado y absolutamente nostálgico.
-Ah, el sábado. Era la despedida de Carlos, que vuelve a Roma, y fue en una casa, y conocí a una niña que se llama Magdalena y lo pasé muy bien con ella, aunque fue un poco extraño, creo que aún no entiendo mucho, no sé si me gusta o no, es complicado, creo que necesito verla de nuevo para aclararme, no sé qué pensar todavía. Eso si, lo pasé muy bien y dormí feliz esa noche.
-Bastante tiempo.
-Si, ya comenzaba a preocuparme.
-La otra niña?
-Ah, ella...
-Bueno, de ella no sé algo. Ya no es como antes, ya me aburrí.
-No, de hecho, le dejé un mensaje en su blog.
-Pero qué tiene? de hecho, es porque ya me da como lo mismo.
-Por eso, "como" no es "igual."
-Si, se supone que estoy haciendo un trabajo, pero me da lata, es muy fome.
-No, no me entretiene.
-No tengo Internet.
-Está bien, tienes razón, pero no me parece.
-No importa, sabes? No tengo ganas ni cabeza ni voluntad ni ninguna cosa estoy cansado tengo hambre y me como las comas.
-Es que los puntos no llenan a nadie.
-Ya, ok.
-Me voy entonces, nos vemos por ahí.
-Gracias por venir.

XIII

-Me he vuelto un poco extraño, hoy tuve una conversación con una persona, y criticó mi comportamiento.
-No, no hice algo tan terrible.
-O sea, si. Pero es que yo no entendí bien.
-Me dijo que era "mal amigo".
-Si, pero fue extraño para mí. No sé que es ser "buen amigo".
-Pero cómo quieres que me ande preocupando de cómo establezco mis relaciones con las demás personas, sería ridículo.
-Tienes razón, pero eso sería aún más ridículo.
-Si, aún más que esto y aquello.
-Pero es que me cuesta. Yo creo que sería más fácil si todos decimos lo que esperamos de los otros al principio.
-De ti?
-Lo mismo que yo te doy, y creo que lo haces bien: que me digas la verdad, o a falta de una "Verdad", que seas actúes con sinceridad. Que no me mientas.
-Gracias. Y tú? Esperas algo de mí?
-No seas ridículo, es obvio que puedes esperar que me muera algún día, no tiene sentido esperar algo obvio, o si?
-Pero es obvio a medias, porque no es un "suceso seguro". En cambio mi muerte es imposible que no pase.
-Hasta cuando tanto trabajo, me cargan las personas que te hacen trabajar.
-Si, me caen mal, que se mueran... jajaja
-Si, tú también eres como un payaso, mírate!
-Bueno, ve a trabajar.

XIV

-Sólo que no pude mirar a los ojos. -resignado-
-Exacto, no pude, me dio algo extraño; no sabría describirlo. -complicado-
-Pero puede que en una de esas se me pase... -suspirando-
-Tu crees? -curiosamente-
-Ya, y desde cuando tanta seguridad en temas que no te atañen? -irónico-
-Pero qué tengo que ver yo, además puede ser que si, que efectivamente yo sepa más de estas cosas que tú -confiado-, además yo las vivo y se suponen que en primera instancia me atañen más a mí que a ti, por lo que puede ser que en una de esas yo sepa más... -irónico-
-No, no es que desdeñe tus capacidades, sino que reconozco que van por otro lado, por ejemplo yo jamás sabré más que tú en lo que tu trabajas... -comprensivo-
-A mí? bien supongo, no he tenido grandes sobresaltos... -abstraído-
-Te referías a ella... ...bien. yo bien. Creo que es mejor así, si hablásemos le daría las gracias por dejar de hablarme, sé que es mejor así. O por lo menos tengo que convencerme que es mejor así, de otro modo no sería tolerable y no tengo ganas de seguir mal -resignado-
Te dejo, hablemos otro día...
-Mi mamá que molesta siempre, no me deja tranquilo, cree que me voy a matar -riendo sarcásticamente-
-Si, no sabe na' -riéndo-
-Nos vemos -con una sonrisa amable-
-Adiós.

XV

-Ya le dije, le dije lo que yo quise decirle y no lo que él quería escuchar.
-De todas formas todos escuchan siempre lo que quieren.
-Pero a eso todos llaman escuchar
-No importa que no lo sea para mí, lo que importa es que lo que los demás digan de eso.
-Bueno, pero aunque no digan, lo que subentiendan...
-Que complicado que está esto, nunca habías estado objetando todo lo que trato de decirte.
-Ah, entonces tuviste un mal día.
-Pero eso no es tan terrible.
-Entonces no les des importancia y ya!
-Es fácil, se parte por tener las ganas.
-Pero ganas de verdad, no vale fingir.
-Hey! no estamos hablando de mí.
-No quiero responder, además insisto que esta vez hablamos de ti.
-Que insistencia, por favor!
-Bueno, acepto, nunca he tenido ganas de hacerlo.
-No no quiero olvidarla, ella me hace bien de alguna manera.
-Porque cuando pienso en ella, aunque sé que jamás podré estar con ella, me tranquiliza.
-Si, como que me siento tranquilo teniendo mi mente ocupada en ella, además son sólo cosas buenas y aportan a mi imaginación.
-Pero es un riesgo que hay que correr.
-Bueno, son dos riesgos entonces, pero eso de estar solo no es algo muy ajeno que digamos.
-Pero no vale, tú no cuentas.
-Porque no, es obvio.
-Sí, lo es, y se acabó.
-El otro riesgo? Creo que sólo me afecta a mí, además no es tan terrible.
-Te espero entonces, en una semana.
-Nos vemos, que te vaya bien.

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