21 Mar 2009

VI

Cuando me miro a mi mismo y advierto ser mi destino, jamás he de volver el espíritu hacia la lectura desenfrenada; siempre leo con cautela, con precaución extrema de cada palabra. De cada signo hay que desconfiar, pues colonizan el pensamiento y lo encasillan en jaulas de significados estáticos. El alma de quien sabe que es su destino no ha de volverse hacia los libros como buscando una respuesta, puesto que la respuesta soy yo mismo y mi destino. pero hay quienes han sido su destino y lo han grabado con otras palabras: Bataille nos habla de la experiencia de la transgresión, de la muerte y la sexualidad; Nietzsche lo hace aún más evidente, él escribe en primera persona, él sabe que no será entendido y que será mal interpretado, sabe que el superhombre no pisará la tierra, sino que levitará sobre ella sosteniendo sobre sus manos la sutil presencia del devenir..

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