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A veces siento que tengo un poder gigantesco:
puedo hacer las cosas más vulgares,
puedo hacer atrocidades inhumanas,
puedo hacer cosas terribles e inimaginables
pero sólo por el hecho de ser yo quien las hace, soy mirado distinto, como si mis actos tuvieran una intencionalidad oculta que alguien en cualquier momento va a descifrar. Se niegan el replicarme que lo haga porque temen mi respuesta llenad de frialdad, llena de consciencia de lo que hago y llena de incomprensión. Temen que sean ellos los errados y no yo, temen que pueda invertir las cosas a mi favor y sean ellos juzgados por sí mismos. Quizás hay algo distinto en mí cuando esas cosas que hechas por otros serían dignas de el mayor de los castigos, quizás mi mirada es distinta, expresa ese desasimiento por lo que se hace; una mezcla de autoconsciencia y espiritualidad extraña.

Yo creo que sólo se han hecho una falsa imagen de mí.