3 Jan 2009

Testimonio.

Cada vez son peores los escritos, pero no es que vaya increscendo la mediocridad de mi pluma, sino que cada vez que releo lo que he escrito me doy cuenta que son asquerosos, totalmente mal escritos, son rostros deformados, sin nariz: cóncavos.

Creo que he decidido por fin dejar la literatura, porque a pesar que algunos piensen lo contrario, a saber, que mi producción es bastante aceptable, la autocrítica -en este caso- no busca conseguir mi venia, no es compasiva ni autocomplaciente: es sincera y producto de un desenfreno muy cercano a la equizofrenia que muchos temen.

Asimismo me parece inconducente la seguidilla de estupideces que han quedado registradas por motivo de mi alienamiento literario y producción en cadena de escritos. Lo peor de todo es que ahora les tengo cierto tipo de apego que no podría identificar. Ahora pienso que la existencia de mis escritos se suma a la mía y nos hacemos un sólo devenir, porque ambos vagamos entre la incomprensión y la esquizofrenia que cohabita con supuesta genialidad a la vez que intentamos infructuosamente desaparecer para siempre una y otra vez... pero cada vez que mi escritura quiere desaparecer, lo anuncia por escrito; cada vez quemi existir quiere hacer de sí un elipsis, lo hace con una vitalidad y una energía tan desbordante que ilumina hatsa enceguecer la parte interior de mis propios párpados.

No comments:

Post a Comment