8 Dec 2010
No sabes.
Miras por la rendija, como pidiendo un poco del calor que sale por debajo de la puerta. No sabes si allá es afuera o adentro; si la nieve sale de tus ojos, de los de ella o de alguna otra parte donde también se esmeran en producir nieve con la urgencia de las hormigas que acumulan alimento para el invierno. No sabes si el calor que anhelas viene de la puerta o de tus pies enraizados en la espera. No sabes si el licor que bebiste recorre tu cuerpo o se quedó embotellado en la garganta y no sabes si ese nudo está por fuera, por dentro, si es la corbata de todos los días o la cuerda del último día. No sabes si la cuerda está cortada o lo cortado son tus venas, y todo cae, entiendes, CAE!.
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