15 Sept 2017

Me cuestan menos las despedidas que las bienvenidas
no logré aprender a estar contento por lo que viene
porque lo incierto y su racionalidad habitan mi presente
sí aprendí a estar triste en las despedidas
aunque no aprendí el desconsuelo
los extremos me resultan distantes
incluso falsos,
imaginarias formas puras
(puras formas imaginarias o
formas puras imaginarias, valga la redundancia)
que simplemente no creo
como la Shakira no cree en Venus, Marte
Sarte o Marx.

Es un no creer superficial
porque lo que no se cree está ahí, flotando
la profundidad yace en las creencias,
por ejemplo,
en mi creencia absurda
que me cuestan menos las despedidas que las bienvenidas.

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