24 Jul 2017

Hoy fui al neurólogo. Fui en bici. Fue difícil llegar. Salí sin pensar, como automáticamente. Al rato vino la opresión en el pecho y la lucha por mantener los ojos abiertos, por mantener las ruedas pegadas a la cuneta, por frenar en las luces rojas, por no mirar demasiado los vehículos grandes moverse a una velocidad capaz de despedazar. Fue una lucha dura abandonar las ganas y mantener las fantasías a raya. Como si esta vez fuera al revés, como si la segunda voz fuera la que quisiera abandonarse en el instante y si mi voz fuera la que me pidiera seguir con calma y altura de mira.
(inconcluso)

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