Cambiando el tenor de la escritura, ayer releí ad porcos de Bioy Casares y releí lo que escribí la primera vez que lo releí. Parecía escrito por otra persona, por un crítico o algún entendido. Cando releí ad porcos ayer aún me impresionaron algunas cosas que logré describir mucho mejor antes, por lo que ni si quiera haré un intento, que sería precario y lastimoso, por redescribir el impacto de la relectura. Será que la relectura de una reescritura (que sería el caso en que tuviese que releer las descripción que no intenté, por cobarde también pero sobre todo por precavido) es tan desagradable como volver a comer algo recalentado? O es que sólo quería plantear un par de 'tallas' inteligentontas como diría Parra, o quizá sólo tontas, para no compararme con él, sobre lo lindo que me result releer algunas cosas, en veces.
Me gustaría poder escribir también sobre las preposiciones. Esto lo escribo para recordarlo luego, cuando estuviera releyendo lo que estoy escribiendo. Mal que mal la escritura no deja de ser un mero recurso mnemotécnico...
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