27 Dec 2011

Navidad

el 23 murió Nelson, una especie de amigo de infancia de mis padres que no logró trascender en el tiempo, tanto así que el presente lo sepultó (literalmente). Nelson se suicidó. Más allá de la extrañeza gramatical de la frase previa, es la forma que tenemos en mi familia para tratar las desgracias ajenas y propias. Nelson era alcohólico, su domicilio era 'incierto' y su estado era más bien incivil. Decidió ahorcarse. Dicen que cuando uno muere por estrangulación en el instante antes de morir los hombres eyaculan como un último esfuerzo del cuerpo de trascender. Lo dice mi hermano la verdad. Mi tío dijo "se puso la corbata... y se la apretó más de la cuenta." Después pasó a ser "se puso la corbata y estiró la pata" y finalmente sólo "se puso la corbata". Ya todos sabemos que si mi papá o mi tío dicen esa frase, se refieren a Nelson. Y más allá que un par de segundo comenten con seriedad su estado de indigencia previo, es sólo para preparar otra talla al respecto. El resto de la Navidad se reduce a lo mismo de siempre, una enfermedad desconocida en mi cuerpo (que conoce bastantes) y una larga conversación sobre los Astorga y su árbol genealógico.

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