12 Apr 2011

"Sabemos que nunca estaremos solos
mientras haya un puñado de tierra fresca" (Jorge Teillier)

Sí, es cierto, somos pocos y "salvar el planeta" es una misión/objetivo/meta demasiado grande para cualquiera que se lo proponga. De hecho, parte del supuesto que el planeta necesita ser salvado y no es tan así. Entonces ¿Por qué reciclar? ¿Por qué emitir menos gases de efecto invernadero?  ¿Por qué tanto escándalo por un par de termoeléctricas? Bueno, supongamos que es por la salud de las personas, por vivir en un ambiente limpio, por motivos estéticos por último o razones humanitarias, porque los desplazados producto del cambio climático no son pocos y de seguro aumentarán rápidamente en la medida que avance el tiempo. Ya, pero sólo por eso? porque seamos honestos, estamos en Chile, un país chico que aunque su media de emisiones de gases efecto invernadero esté como al doble de la media mundial, en total emitimos poco, si con suerte somos 17 millones. Y estamos en Chile, somo una línea, un grupo de cerritos alineados al borde del pacífico que se esfuerza por parece país desarrollado. Seamos sinceros, los desplazados no serán Chilenos, además aún tenemos bastante terreno para poblar en la patagonia y los problemas sanitarios en Chile son de otra índole, no por vivir en lugares sucios, salvo excepciones muy escasas.
Por otro lado aún se escucha una que otra voz de un conocido mapuche, y se habla ocasionalmente de la 'cosmovisión' mapuche. Tratamos infructuosamente de entender una cosmovisión que adora la tierra, cuando no es adoración lo que allí se esconde. Tratamos infructuosamente de comprender a los que escuchan los designios de los pájaros, porque creemos que sólo los oídos son para escuchar. Tratamos infructuosamente de analizar sus motivos para mantener huelgas de hambre descomunales, porque no sabemos que para vivir se necesita algo más que cuerpo. Aceptamos tan fácilmente la cosmovisión europea, el cristianismo, el capitalismo, y con la misma rapidez olvidamos que culturas americanas. No se trata de esencialismo cultural, porque las cosas cambian y es inevitable, pero a veces es bueno despojarse del orgullo y agradecer un poco a la tierra en la que vivimos. No es adorarla, es entender que por muy mal que la tratemos, ella sigue dándonos comida, agua y un lugar que habitar. No es hablar con los pájaros, es saber que ellos cohabitan con nosotros este planeta. No es erigir tabúes sobre la utilización del planeta, es tomar lo necesario y sentirse agradecido que tenemos un hábitat que nos lo da gratis. Y por mucho que tiremos desechos por todos lados, que agrandemos las ciudades, que talemos indiscriminadamente árboles, contaminemos las napas subterráneas o superficiales, la tierra sigue ahí, impertérrita, acogiéndonos desde siempre.
No se trata del salvar el planeta por salvarlo, se trata de situarnos en nuestro lugar. La tierra no nos necesita, nosotrxs somos lxs que la necesitamos, y no estaría mal asumir desde esa posición una forma de vida un poco más humilde hacia nuestro entorno social y natural; reciclar, oponerse a las energías contaminantes, cuidar nuestro medio es parte importante de eso, pero no lo único. Quién sabe, quizás la tierra también quiere que la abracemos de vez en cuando, de todas formas no se pierde nada con intentar.

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