1 Oct 2010

Ecuador.

Si, quizás me doy cierto tiempo para leer que otrxs no se dan. Pero qué más da, eso no es relevante, al menos no ahora ni para mí. La cuestión es que leo, y pasa que leo varias cosas, como comentarios en facebook. Si, el maldito facebook, que no es tan malo al parecer. Al menos siento que me sirve como aproximación a las prácticas que tendrían un sociólogo, guardando las proporciones de método y experiencia.

Me preocupan dos cosas en este momento y particularmente me referiré a la situación en Ecuador y las repercusiones en las personas de dicha situación. No significa que las declaraciones de Uganda sobre el informe de Naciones Unidas que insta a un tribunal a hacerse cargo de determinar si fue genocidio o no lo ocurrido en RDC (ex Zaire) u otra cosa, pero me parece en extremo preocupante la situación en Ecuador entendiendo el tiempo-espacio desde el que parte esta reflexión.

En primer lugar es preocupante el hecho Ecuatoriano por las repercusiones que ha tenido en el imaginario de los sujetos. Mientras algunas personas callan, otras demuestran su reprobación y absoluto rechazo a los eventos. En las muestras de rechazo se produce una confusión que resulta no exclusiva de dicho sector y extensible a la situación en general. Comienzan los discursos contra las Fuerzas Armadas y vuelve el fantasma de las dictaduras.Ya es tarde para hacer la diferencia entre las Fuerzas de Orden y Fuerzas Armadas, quizás es tarde para recordar que los caídos en el rescate del Presidente Correa fueron militares y dieron su vida por la democracia. Es repetido el discurso de tratar como civiles a las personas (porque también lo son) de las FF.AA., y, desde mi punto de vista, lo que ocurrió es homologable a la manifestación contraria a una decisión política aunque con medios del todo desmesurados. Es el clásico problema de enfrentar un grupo con demandas (como cualquier otro), pero con demasiado poder (como ningún otro). Es preocupante ver tanto estudiante de carreras presuntamente relacionadas con la Ciencia Política hacer comentarios tan apresurados y desprovistos de análisis desasido. Yo creía que la idea era ocupar, para el análisis, las herramientas conceptuales que teníamos, pero nuevamente queda demostrado que la pasión y el miedo pueden más. Quizás está bien que así sea... quién sabe.

Lo otro que resulta preocupante es el posible empoderamiento civil por parte de las Fuerzas Armadas y de Orden. No hacen falta más palabras, sino tiempo para saber qué tanto puede ocurrir y dentro de qué marcos...

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