4 May 2010

Vigencia del principio de placer.

En cualquier momento el cuchillo se cae
y la sangre se cae
y el cigarrillo de la boca
y las buenas intenciones
y las ganas de sentir el pasto
o de hacer crujir las hojas.
En cualquier momento
se caen los brazos
se caen los párpados
cae el cuerpo entero
como árbol talado.
Caen, entonces, los recuerdos
se caen
bajo y profundo
los sueños
las pesadillas de infancia
las sucesivas humillaciones
los traumas
y desilusiones.
Cae el cuchillo,
todo producto de un simple
acto fallido...
la zancadilla
tendida subrepticiamente al ego...

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