23 Jan 2010

Heimweh.

Me sorprendo con algunas cosas, como que trasciendan en mi memoria detalles que quizás debieran haber perecido. Me acuerdo de una niña que se llamaba Paula, jugaba básquetbol cuando yo era como el monitor del taller junto con el tuga. Había una niña bien pequeña, muy menudita, no recuerdo su nombre, pero me quería mucho y me abrazaba cuando me veía. No recuerdo bien porqué, pero recuerdo que corría a abrazarme casi como si fuera mi hermanita. A veces conversábamos porque no la iban a buscar tan temprano al colegio, me contaba cosas y sus ojos me decían aún más. Por dentro llorábamos, pero ambos teníamos una sonrisa para el otro. Yo lloraba por ella. Habían también tres niñas, una se llama Catalina y usa anteojos. La vi a fin de año, ya no me reconocía (o eso aparentaba). Ellas me hablaban en el patio y me caían bien, eran chistosas. Había una niña que era muy callada, almorzaba sola y tenía una mirada un poco triste. Siempre quise hablarle, pero nunca me atreví. me hubiese gustado saber algo más que su nombre, quizás saber porqué esa mirada, regalar una sonrisa, una esperanza. Había también dos niñas que conocí en básquetbol. Una me trataba pésimo y era muy inteligente; la otra era muy amable y razonable: las dos me caían bien, aunque siempre tuve una favorita. La razonable es la polola de mi hermano ahora. También estaban los niños con los que fui a campamento. Particularmente me acuerdo de Tolosa, él es distinto, tiene una sensibilidad que no tenían sus demás compañeros. Había más personas, es cierto, pero muchos eran casi personajes públicos y por eso sólo hago mención global de ellos. También estaba el hermano chico de Loreto, Esteban y su compañero de curso, el Apucino (no me acuerdo del nombre) que todavía me saluda cuando me ve. También habían personas de mi edad o por ahí, pero no cuentan por ahora. a veces me gustaría saber qué onda las vidas de estos seres humanos, son todos por lo menos 5 años más chicos que yo y en el colegio esa diferencia se notaba mucho. Han pasado más de tres años, las cosas han cambiado. Ahora la diferencia es -en casi todos los casos- mayor, mucho mayor.

Ojalá algún día una mirada anónima alcance a divisar este pequeño cuadro sin punto de fuga alguno.

No comments:

Post a Comment