10 Apr 2009

IV

Me despierta un apetito incomprensible
el ver tus piernas delgadas,
me dan ganas de saciar mi vulgar hambre
con tus deliciosos manjares, beber tu sangre,
masticar lentamente tus tendones,
roer tus huesos como el roedor que soy.

Pero no te asustes, esto sólo sucede en mi mente.
No saldrá de ahí.
Mantendré mi canibalismo oculto,
mis deseos: reprimidos...
Hasta un día hacerlos explotar
para saciar toda la putrefacción que llevo dentro.

Pero a tu piel, ni un rasguño.

No comments:

Post a Comment