5 Mar 2019
S/P VII - Obviedades 2
Supongamos que tengo un negocio donde vendo un producto (sopaipillas)/ofrezco un servicio (masajes, por ejemplo). Quiero hacer una inversión porque mi producto/servicio no es muy competitivo, he tenido múltiples fallas últimamente y necesito mantenerme en el mercado (el cronómetro par medir el tiempo de masaje se queda pegado, el carro de sopaipillas pierde aceite). Pero esa inversión la financiaré cobrando más en mi producto/servicio y no con las utilidades que he obtenido este tiempo, lo que en situaciones normales haría de mi servicio aún menos competitivo. Lo normal, en el mercado, es que si mi servicio es medio penca, los clientes se cambian de proveedor. Si además quiero hacer una inversión sin meter mano a utilidades sino cobrando más en mi servicio, que ya es medio penca, lo esperable en el libre mercado es que los clientes opten drásticamente por cambiarse a otro proveedor más competitivo. Lo nefasto es que Chile no tiene libre mercado ni competitividad, tenemos monopolios, duopolios y oligopolios, y la gente no tiene libertad para elegir ni información para decidir por tanto el mercado no funciona asignando eficientemente los recursos. El ineficiente modelo de Chile no se sostiene por el librecambismo ni por el estatismo, se sostiene porque hay un grupo más bien reducido que concentra todas las esferas de poder (económico, político, ideológico, mediático), siendo juez y parte por un lado, y también por una población adormecida, acostumbrada e inmóvil frente a las injusticias, por el otro. Tenemos una población que se entera por los medios de comunicación que las empresas de distribución eléctrica le meterán el dedo en la boca a casi todxs lxs chilenxs (casi, porque hay sectores rurales sin electricidad y gente que vive colgada que hace una suerte de resistencia desde la necesidad), pero es incapaz de reaccionar. No faltarán los que interpongan recursos judiciales y quizá reciban 7 lucas (donde la parte estafada tenga que asumir el costo de la transacción!) y con eso se sentirán conformes. La estructura no cambia, la riqueza no cambia de manos, el modelo oligárquico sigue perpetuándose, las injusticias de las que no nos enteramos siguen ocurriendo a nuestras espaldas y creemos que difundiendo por redes sociales vamos a cambiar algo... a fin de cuentas pienso que nos lo merecemos, todo esto que tenemos nos lo merecemos.
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