Hace tiempo que no me sentaba
con las manos frías
frente a la famosa y siempre reconocida página en blanco.
Y es que un poco me arden las manos,
las cuerdas vocales del tímido
o cobarde,
que cree que tiene todo el tiempo del mundo.
Quizá sólo demasiado paciente...
Cobarde que ni a si mismo dice la verdad
ni si quiera la piensa
porque le duele.
Pero le arden las manos en ganas de escribir-le
porque de eso se trata
de tener ganas y no hacerlo
de mantenerse quieto
en silencio
como esperando que un milagro suceda
que baje Jesús de la cruz
o que encontremos la receta para la paz mundial.
Y se muere de la risa mientras espera
risa nerviosa, por su puesto
y se pone al borde del abismo
como si quisiera saltar
pero lo único que hace es aguardar las cosquillas
y riendo se aleja, corre a tierra segura
firme
y nuevamente se acerca,
hace como que no ha visto el borde del andén
camina con la mirada en su libro
-porque además le gusta imaginar personajes 'sofisticados'
medios 'hipster'-
como si no hubiera nada en su camino
y se acerca
paso
a
paso
al borde del andén
y casi por arte del magia
se detiene a un paso del suicidio-accidente
ese acto fallido tan sutil
y se asombra!
porque en su juego mental no había visto lo cerca que estaba
lo poco que faltaba para cruzar la línea
esa línea amarilla.
Y en eso se entretiene
hay días que le son más emocionantes
otros que ni si quiera tiene ganas de jugar
pero digamos que se la pasa
y la pasa bien
para ser vida de cobarde
de cobarde y solitario.
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