Fue fundada el 07 de noviembre de 1988 como comunidad autónoma. Dicha autonomía fue limitada una vez proclamada, pues la anarquía y los gritos reinaban (y todos saben que los gritos nunca supieron reinar). Existía un déficit alimentario y el cambio climático de un medio acuoso a uno sólido-gaseoso trajo inestabilidad en los ámbitos micro y macrosocial. La democracia tutelada tuvo altos y bajos; intentos autonomistas hicieron que adquiriera una status mayor, pasando de comunidad a comuna.
Así, la comuna de Tomasilandia, ya con patrimonio propio y un ínfimo ápice de la ley de presupuesto, podía administrar sus precarios bienes. Esta comuna se destacó respecto de las vecinas no sólo por haber sido fundada antes, sino por sus drásticos cambios. Si bien, durante un tiempo la totalidad del presupuesto asignado, más lo que percibía producto de diversas actividades era destinado casi en su totalidad a prácticas de esparcimiento, llegado el año 2005 éste se redujo a la mitad y comenzó a formarse una ingente inversión en educación.
Los habitantes de la comuna estaban contentos con la sabia decisión y felicitaban al alcalde llevándole frutas de colores, las que comía con beneplácito. La comuna crecía y crecía y cada vez tenía más problemas con el gobierno central. Las demandas eran mayor discrecionalidad y un ligero aumento del presupuesto de libre disposición, el que había sido utilizado durante años para realizar una potente inversión en educación. Pero el gobierno central se negaba sin posibilidad de si quiera un intercambio de ideas. Se especulaba que el gobierno central estaba cauteloso del explosivo crecimiento de la comuna de Tomasilandia y se temía la posibilidad cierta de la independencia.
En el año 2009, y teniendo en sus manos la posibilidad de declararse república soberana, la comuna de Tomasilandia en la figura de su alcalde se sometió a arduas negociaciones, las que dieron como resultado el nacimiento de la república de Tomasilandia, la que si bien disponía de casi total autonomía, seguía siendo parte del gobierno que la había acogido desde sus orígenes. Desde entonces la República de Tomasilandia bajo la figura de su presidente, también llamado de cariño "pe de la erre" (P. de la R.), ha gozado de prosperidad. El presupuesto 2010 cuadriplicó las asignaciones a educación, aunque redujo su PIB a menos de la mitad. Dicha baja no ha causado revuelo dado que como el gasto público ha sido elevado y bien invertido, se esperan retornos aún mayores en el corto y mediano plazo.
La población económicamente activa se desempeña en la fábrica de pintura, la que es administrada por el mismo "pe de la erre". También hay quienes se dedican a la investigación y el mantenimiento de la Biblioteca Nacional, opus magna del actual "pe de la erre". Tanto ha sido el progreso, que durante los primeros meses de 2010 se contrató al mismo alcalde de la comuna de Vicentistán para que realizara el inventario de la Biblioteca Nacional, dando muestras de la buena voluntad y cercanía entre ambas jurisdicciones. Asimismo, y en fecha cercana, se invitó con fondos públicos al alcalde de Matiasburgo a disfrutar de un concierto especialmente desarrollado para la ocasión.
Actualmente la República atraviesa un periodo de paz y tranquilidad, y sus habitantes se encuentran de vacaciones por distintas partes del territorio nacional.
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