27 Sept 2010
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Teillier -que hace bastante tiempo vengo pensando es algo así como mi autor favorito- es un profesional. También Zurita y muchos otros. No me di cuenta de esto sino hasta que leí Inri, de Zurita. Lo leí en la biblioteca de la Reina un día cualquiera hace ya algo de tiempo. Era un libro coherente, con un argumento. No era una mera reunión de textos bonitos o simpáticos; no alternaba textos buenos con otros no tanto para crear matices ni esas cosas. Por eso creo que Lira no es mi favorito, porque en su libro veo la compilación de los textos que tenía por ahí dispersos, pero no leo en él lo que se podría llamar el oficio de un poeta. Sé que eso me hace falta, pero siento que poco a poco me alejo más de ese anhelo. A veces me gusta pensar que yo también tengo mis aldeas, mis trenes, mi nostalgia y mi memoria pero que sólo no soy capaz de verla. Es una forma distinta de tener esperanza, esa masa colorida y alegre que por un momento pensé que había cambiado una cuestión complicada y distante.
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