14 Nov 2015

Aburrido, Charlie.

Obviamente es terrible lo de París, y todxs sabemos que es más terrible porque es en occidente y no en una villa perdida en el norte de África, porque el hecho que sea en París significa que puede ser en Londres, o incluso Talca, quién sabe. Pero dejando eso de lado, porque probablemente estemos todxs de acuerdo en la crítica a la invisibilización de la violencia en los Estados históricamente empobrecidos, quisiera discrepar un poco con los discursos que culpan a los extremismos de causantes de la violencia. Obviamente no es el Islám el problema, pero yo creo que tampoco es EXCLUSIVAMENTE el radicalismo o extremismo religioso.
Los extremos han existido desde siempre en todo orden de cosas que plantea un espacio lineal bidimensional. Qué quiero decir? que toda vez que ordenamos algo en una línea, sea derecha - centro - izquierda, tenemos extremos. La existencia de estos grupos no es inusual. Tendemos a excluir los extremos, "normalmente", como diría algún fan de la campana aquella o la distribución con un 'n' muy grande. Las razones de la exclusión de los extremos es que su apoyo y fuerza suelen ser minoritarios, y aquí el primer problema, porque eso es suponiendo algo que en la práctica no sucede, a saber, que la cantidad de personas que apoyan una idea determina su fuerza o legitimidad. La exclusión de los extremos no es mala en sí ni un problema. El problema deviene cuando de manera sostenida en el tiempo ciertos extremos se adueñan de la fuerza para imponer sus criterios. Pero no estoy hablando de Estado Islámico, estoy hablando de los Estados Occidentales cooptados por grupos minoritarios dentro de ellos mismos que han socavado de manera constante la dignidad de los Estados del sur. Evidentemente no se puede esperar que ese "equilibrio" se mantenga en el tiempo,